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Entre ratas, pasaportes e islas tristes

Entre ratas, pasaportes e islas tristes

Michael Caine dice que Gran Bretaña no puede seguir haciendo «lo que le dictan los burócratas sin rostro» de la UE. «Será un desastre para la ciencia y las universidades», contestan 150 investigadores y 13 premios Nobel

borja olaizola

Jueves, 23 de junio 2016, 02:41

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Si el resultado del referéndum del jueves dependiese de los apoyos públicos cosechados por uno y otro bando, el respaldo a la permanencia del Reino Unido en Europa ganaría por goleada. La lista de personalidades que se han pronunciado en contra del Brexit es infinitamente mayor que la de sus rivales. Y frente a las argumentaciones elaboradas y cargadas de datos de los partidarios de seguir en la Unión Europea, los que defienden el out se limitan a realizar descalificaciones generales, donde las emociones prevalecen sobre la razón y el bolsillo.

Cuando un asunto divide a una sociedad, no suelen tardar en salir a la luz manifiestos y cartas de apoyo con el consiguiente respaldo de algunos notables que deciden mojarse y estampar su firma a pie de página. La tradición se ha cumplido en el caso del referéndum sobre el Brexit, aunque con una particularidad: los pronunciamientos colectivos se han dado en un único bando, el de los partidarios de que las cosas sigan como están. Los que quieren sacar un dedo a sus hermanos del Viejo Continente no han sido capaces de articular un discurso capaz de aglutinar a personalidades de cierta relevancia en torno a un argumentario común. Las celebridades que defienden el Brexit lo hacen a título individual y con razonamientos muy personales que tienen más que ver con el corazón que con la cabeza.

Apuestas por el SÍ

  • Movimiento. El referéndum del Brexit lleva camino de convertirse en el acontecimiento político que más dinero mueve en las casas de apuestas británicas. Se calcula que habrá en juego unos 63 millones de euros.

  • Cambian las tornas. A dos días de la fecha clave, el bando de la permanencia en la UE avanza posiciones. Tras la pujanza inicial del euroescepticismo, la campaña vivió un giro trágico con el asesinato de la diputada Jo Cox. Los sondeos, que la semana pasada daban ventaja casi unánime al Brexit, vuelven a ofrecer un empate técnico.

El de la ciencia ha sido uno de los mundos más activos en la movilización contra el Brexit. Abrió el fuego el físico Stephen Hawking, que en una carta a The Times pronostica que la salida de la UE sería «un desastre» para la investigación británica. «Actualmente, el Reino Unido atrae a los mejores investigadores de la Europa continental, incluidos los que obtienen becas a través de la UE y eligen estudiar aquí. Si el Reino Unido sale de la UEy hay una pérdida de la libertad de movimientos de los científicos entre nuestro país y Europa, será un desastre para la ciencia y las universidades». Además de Hawking, el texto cuenta con el respaldo de otros 150 científicos de la Royal Society, entre ellos el astrónomo Martin Rees, el químico Alan Fersht y la física Athene Donald.

Otro de los pasos de la comunidad científica que más ha dado que hablar fue la carta abierta suscrita por 13 Premios Nobel, entre ellos el físico Peter Higgs, célebre por sus investigaciones sobre el bosón que lleva su nombre. En la misiva, publicada en el Daily Telegraph, los científicos alertan: «La perspectiva de perder la financiación europea para investigación es un riesgo clave para la ciencia en el Reino Unido». Las afirmaciones de que el Gobierno británico compensaría la pérdida de inversiones comunitarias con nuevos fondos resultaban, en opinión de los firmantes, «ingenuas y complacientes». «Puede que seamos una isla, pero no podemos ser una isla en la ciencia», resumían los 13 Nobel, entre ellos Marin Evans, galardonado por sus investigaciones sobre células madre, o Andre Geim, distinguido por su trabajo sobre el grafeno.

Nostalgia del pasaporte

Si la comunidad científica se ha mostrado especialmente activa en su rechazo a la salida de la UE, el mundo de la cultura no le ha ido a la zaga. Casi tres centenares de actores, escritores, músicos y artistas han suscrito un manifiesto que apuesta inequívocamente por el in. El texto, firmado entre otros por rostros conocidos de la pantalla como Jude Law, Helena Bonham Carter, Keira Knightley o Benedict Cumberbacth, recuerda que el Reino Unido «no es solo más fuerte en Europa, sino también más imaginativo y más creativo. Si nos marchamos, nuestro éxito global puede verse severamente dañado». La proclama, publicada en Daily Telegraph y The Guardian, cuenta con el respaldo de escritores como John Le Carré, Ian McEwan o Hillary Mantel, arquitectos como Richard Rogers, diseñadoras como Vivianne Westwood o artistas plásticos como Anish Kapoor y Tracy Emin.

Curiosamente, ha sido también entre bambalinas donde han surgido las voces con mayor repercusión en el bando favorable al Brexit. El muy célebre y respetado actor Michael Caine es la figura de mayor carisma que se ha pronunciado por la salida. «Gran Bretaña no puede ir haciendo lo que le dictan los burócratas sin rostro que dictan las reglas de la Unión Europea», sostiene a título personal el dos veces oscarizado intérprete. También Joan Collins, que se hizo famosa con la serie Dinastía, se colocado en este bando, aunque sin hacer públicas sus razones. Roger Daltrey, solista de The Who, es otro de los que apoyan la ruptura: «Si huele a rata y parece una rata, seguramente sea una rata; afrontémoslo, Europa huele».

«Dios de verdad»

A la lista de famosos a favor del Brexit se han unido el monty python John Cleese, la actriz Liz Hurley o el productor Julian Fellowes, aunque ninguno se ha posicionado claramente al respecto y sus argumentos rezuman el aroma de la provocación. Valga de ejemplo el argumento esgrimido por Liz Hurley: «Anhelo los días cuando me sellaban el pasaporte en cada sitio de Europa y me encantaban esos puñados de extrañas liras italianas, francos franceses y marcos alemanes. Tenía glamour y era excitante».

Menos peregrinos parecen los argumentos de otra actriz que milita en el bando contrario, la también oscarizada Emma Thompson, que no ha suscrito manifiesto alguno, pero ha dejado clara su postura: «Me siento más europea que británica y, además, si el Reino Unido se queda fuera de la UE, volvería a ser una isla gris impregnada de tristeza». Otra creadora de gran predicamento, J. K. Rowling, artífice de la saga de Harry Potter, ha sido también contundente: «No quiero abandonar una unión que ha traído más paz y estabilidad de la que nunca había conocido».

Junto a ellasmilitan los dirigentes de la Premier League, al igual que la mayor parte de los empresarios. Lo dice Richard Branson, el patrón de Virgin: «Salir de la Unión Europea sería devastador para la prosperidad del Reino Unido». También los dirigentes de las principales confesiones religiosas británicas. El arzobispo de Canterbury, principal autoridad de la Iglesia anglicana, que suma 25 millones de fieles, ha reconocido en una entrevista que votará a favor de la continuidad con el fin de evitar eventuales recortes sociales, como sus colegas de la Iglesia católica, del judaísmo o del islamismo. «Dios de verdad / danos la gracia de discutir las cuestiones de este referéndum / con honestidad y apertura. / Se generoso con los que tratan de formarse una opinión / y da discernimiento al que vota, / para que nuestra nación pueda prosperar / y que con todos los los pueblos de Europa podamos trabajar por la paz y el bien común / por amor de Jesucristo nuestro Señor. / Amén», reza en la página web de la Iglesia de Inglaterra, que barre un poco para casa.

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