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Fuga a la carta

Trece trabajadores de un restaurante norcoreano en China han desertado. Camareras que cantan ópera y sopa de perro, así es la red mundial de 130 comedores controlados por Kim Jong-un

francisco apaolaza

Viernes, 27 de mayo 2016, 01:53

N o hay en internet una sola crítica gastronómica que alabe la excelsa cocina de los restaurantes norcoreanos por el mundo, pero todos coinciden en ... que las camareras son magníficas. Cuando han servido las mesas, suben al escenario y tocan piezas del barroco al violín, interpretan grandes éxitos del rock e incluso se arrancan por Rossini y recitan un aria excelsa de ópera. Dicen sus clientes que son bellas, educadas y maquilladas hasta el extremo, como las azafatas de primera clase de una aerolínea de lujo. Todas han estudiado en la escuela de Artes de Corea del Norte y son la cara amable de un país áspero. En realidad, están presas.Cuenta la BBCque todas esas bellezas provienen de las familias del poder norcoreano, que están elegidas entre los más leales al régimen de los Kim y que no pueden salir de los locales en los que trabajan. Pasan allí día y noche (ni siquiera salen a dormir para tenerlas bajo custodia), se vigilan entre ellas y sus conversaciones con los clientes no van más allá de lo estrictamente necesario para que no asome la sombra de la traición. Y cada una de ellas tiene familiares en su país que son reos de las autoridades de Piongyang por si se les ocurriera escapar, o siquiera hablar de más. Ya pesar de toda esa carga, la libertad ha podido más.

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