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El torero quebrado

Rodolfo Rodríguez El Pana, el último matador romántico, quería morir en la plaza, pero el toro ‘Pan Francés’ lo ha dejado tetrapléjico a los 64 años

francisco apaolaza

Martes, 17 de mayo 2016, 01:31

Después de haber sido sepulturero, panadero y matador de toros, se podía esperar que Rodolfo Rodríguez El Pana rematara la vida de cualquiera de las ... maneras, de todas salvo de una: como pasajero de una silla de ruedas. Ese era el final más sórdido, más incluso que morir en la plaza, que hubiera sido el colofón que a él le hubiera gustado. O eso decía. Pero el destino a veces hace extraños quiebros y el domingo 2, en Ciudad Lerdo (Durango, México), cuando El Pana echó las manos adelante para recibir con el capote, el toro Pan Francés hizo un extraño a la izquierda, lo topó de frente como si lo atropellara y lo lanzó hacia arriba como hacía Astérix con los romanos. Cayó de cara y se machacó tres vértebras contra el suelo. Desorientado por un golpe tan tremendo, el matador, oficialmente de 64 años, quedó inerte, boca abajo. Después de unos días con un pie más puesto en el otro mundo que en este, los médicos confirmaron el peor de los pronósticos: lesionada la médula espinal, Rodolfo no volvería a andar. Y el viernes tuvieron que sacarle de un paro cardíaco. Este es el último y más terrible capítulo de una vida asombrosa hilvanada a veces en la luz y otras, en las sombras, chispeante en ocasiones, agria en otras, literaria en todo caso.

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