¿Quieres pasar una semana en el castillo de Hogwarts de Harry Potter?
Una Escuela de Hechicería ofrece cuatro días para vivir como el mismísimo Harry Potter por 375 euros más el viaje hasta Berlín: clases sobre alquimia, criaturas fantásticas, varitas mágicas, comida y cama
Fernando miñana
Miércoles, 9 de marzo 2016, 10:04
Los muggles al fin pueden ser admitidos en Hogwarts, pues no hace falta tener habilidades extraordinarias para ingresar en la Escuela de Hechicería que dos ... empresas han instalado en Czocha, un castillo del siglo XIV situado en el suroeste de Polonia. Vale con disponer de un billete de avión a Berlín y 375 euros. El bus escoba que sale de los aeropuertos de Schönefeld y Tegel te acerca por otros 50 euros.
La magia, eso sí, es necesaria para obtener una de las plazas para las jornadas de cuatro días que organizan. La primera vez, en noviembre de 2014, las solicitudes se agotaron en apenas dos horas. Se apuntaron 190 personas de once países diferentes. Todos, absolutamente todos, eran seguidores de las aventuras que brotaron en la cabeza de J. K. Rowling.
La Escuela de Hechicería es lo que se conoce como un Larp (live action rolers players, en inglés), un juego de acción en vivo que, en este caso, recrea el mundo de Harry Potter. Es un universo paralelo, pues no se reproducen personajes ni escenarios exactos de las novelas o las películas. Las casas de Griffindor, Slytherin, Ravenclaw y Hufflepuff, por ejemplo, son sustituidas por los blasones de los románticos Durentius, los diplomáticos y honorables Sendivogius, los astutos y leales Molin, los sabios e inteligentes Faust y los audaces Libussa.
Una mujer con un moño que recuerda a la profesora McGonagall da la bienvenida a los alumnos justo antes de empezar a cantar con gran estruendo el himno de la academia. Al acabar, todos levantan las varitas mágicas traídas de casa. Los aspirantes a Harry, Ron o Hermione reciben nada más entrar en el castillo un traje y una corbata, una túnica, el mapa de este edificio reconstruido y los horarios de las clases. Porque en Czocha, como en Hogwarts, se estudia.
Los alumnos son instruidos para convertirse en sanador, auror, rompedor de maldiciones, magizoólogo o inefable. En los ratos libres pueden jugar al quidditch, el deporte con escobas que practican en la historia real, disfrutar de la comida polaca o desviarse por algunos de los pasadizos secretos que se esconden detrás de las estanterías llenas de libros.
En el exterior no se pierde la magia. Allí, en el bosque que crece alrededor del río, tan pronto aparece un minotauro como un fauno, una figura humana con extremidades arbóreas o misteriosos duendes.
Otra escuela en Virginia
El negocio lo montan una empresa danesa, Rollespilsfabrikken, y otra polaca, Liveform. Los dueños se han lanzado al crowdfunding, la microfinanciación de particulares para alcanzar el millón de euros que les permitiría comprar un castillo de cuento para organizar los cursos con mayor asiduidad.
La idea atrapa a aficionados de todo el mundo. «Es como formar parte de una película. Y eso es muy divertido», señala Aleksandra Ososinska en uno de los vídeos promocionales. Una segunda escuela está a punto de abrir en la ciudad estadounidense de Richmond (Virginia). La Magischola, que es su nombre, inaugurará sus clases del 16 al 19 de junio bajo el mismo patrón.
El imponente castillo de Czocha, decorado de arriba abajo, no recibirá a nuevos aprendices de mago hasta el mes de abril. Los dos cursos de este mes, del 7 al 10 y del 21 al 24, así como el primero de noviembre, del 17 al 20, ya cuentan con lista de espera. Así que el próximo con plazas disponibles será del 24 al 27 de noviembre. Los detalles se pueden conocer en la página web cowlarp.com.
Esta iniciativa permite aproximarse a la vida de Harry Potter en Hogwarts, pero si los aficionados al pequeño mago de la cicatriz en la frente quieren conocer los escenarios de sus películas, deben cambiar su billete a Berlín por uno a Londres. Allí se encuentran los estudios Leavesden de la Warner Bros, en los que se rodaron muchas de las escenas.
Es algo así como un parque temático de Harry Potter donde encontrar los decorados originales y sumergirse en el gran comedor, el despacho de Dumbledore o la cabaña de Hagrid. Las entradas para estas visitas también es recomendable hacerlas con mucha antelación: los fans acaban con los tickets con la rapidez de un hechizo.
Sin entradas ni listas de espera queda un pequeño reducto para los seguidores de Harry Potter: el Andén 9 3/4, en el que los alumnos atravesaban una pared y accedían al Hogwart Express, y ahora reproducido en la estación londinense de Kings Cross. Eso sí, paciencia con la cola. Es lo que tienen los viajes mágicos.
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