Las palomas prohibidas
A los talibanes no les gustaban estas aves, como tantas otras cosas que entretenían a los afganos, así que prohibieron criarlas
carlos benito
Sábado, 30 de enero 2016, 00:39
A los talibanes no les gustaban las palomas, como tantas otras cosas que entretenían a los afganos, así que prohibieron criarlas. Si no les importaban ... las ilusiones de sus ciudadanos, mucho menos iban a prestar atención a ese simbolismo básico de ponerle mala cara al ave de la paz. Pero basta contemplar una vista actual de Kabul, como la de arriba, para comprobar que acabaron perdiendo aquella guerra absurda contra las costumbres: el cielo suele aparecer sombreado por varias bandadas de palomas, dóciles rebaños que siguen las instrucciones que les dan sus propietarios desde lo alto de las casas a base de silbidos y movimientos de bastón. En Afganistán, igual que en otras regiones de Asia, la colombofilia se plantea como un juego competitivo y emocionante, en el que dos criadores entremezclan sus pájaros en pleno vuelo con la esperanza de arrebatar al contrario algún ejemplar despistado.
Ahora mismo, en Irak y Siria, a los energúmenos del Estado Islámico tampoco les gustan las palomas: dicen que, con la excusa de hacerlas volar, los hombres pueden aprovechar para echar un vistazo al patio vecino y contemplar lascivamente a las mujeres. Como legislar les parecía poco, ya han ejecutado a algún criador y han echado al fuego bandadas enteras, un montón de símbolos tan frágiles como la paz misma.
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