Cumpleaños con la cuadrilla
La infanta Cristina celebra su 50 aniversario con los amigos más íntimos en una masía. Cada uno de los cuarenta comensales aportó 75 euros para pagar el almuerzo y los regalos
PPLL
Viernes, 3 de julio 2015, 20:04
El escenario, una casa de campo familiar una masía del Maresme, ese tramo de costa bañado por las aguas del Mediterráneo que se extiende al ... norte de Barcelona. Los protagonistas, el matrimonio formado por Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin y su círculo más próximo de amigos, su cuadrilla de la Ciudad Condal. La fecha, el pasado fin de semana. El motivo, la celebración del 50 cumpleaños de la infanta (con algo de retraso, ya que los cumplió el 13 de junio, justo el día en que se hizo pública la noticia de que le había sido retirado el título de duquesa de Palma).
Los regalos
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bolso y pamela
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Los amigos de la infanta le regalaron un bolso de verano y una pamela de la firma Cristina Castañer.
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A precio de coste. La diseñadora, que pertenece a una familia que logró elevar la humilde alpargata a la categoría de zapato de diseño, era una de las invitadas a la cita y cedió los regalos a precio de coste.
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Sin servicio. Dado que se buscaba sorprender a la agasajada, el almuerzo fue servido por hijos y sobrinos de los asistentes para evitar posibles filtraciones por parte de contratados.
Para completar el cuadro que dibujaba ayer el periodista Josep Sandoval en La Vanguardia habría que explicar que la fiesta había sido organizada por el propio Iñaki Urdangarin, que fue citando uno a uno a todos sus amigos por teléfono a la vez que les hacía llegar las condiciones de la celebración: apoquinar 75 euros por cabeza para costear tanto el almuerzo como los regalos para la agasajada, un bolso de verano y una pamela.
La fiesta fue cuidadosamente preparada con el propósito de sorprender a la infanta y los invitados amistad obliga se comprometieron a guardar la máxima discreción. Se urdió incluso un trampantojo para cubrir cualquier eventualidad: se hizo correr la voz de que lo que se iba a celebrar en la masía era una petición de mano de una de las hijas de los propietarios por si la convocatoria llegaba a oídos de la infanta.
Dado que la primera noticia de la fiesta de cumpleaños de Cristina vio la luz ayer, hay que concluir que los amigos del matrimonio se atuvieron a su compromiso y mantuvieron la convocatoria alejada de los focos públicos. Nada extraño si se tiene en cuenta que los asistentes forman parte del núcleo duro del círculo de amistades de los antiguos duques de Palma en Barcelona.
Tanto Iñaki Urdangarin como Cristina de Borbón pasaron los mejores años de su juventud en la capital catalana, él como jugador de balonmano del primer equipo del Barça y ella como empleada de la Caixa. En aquella etapa forjaron relaciones de amistad que se mantienen en pie a pesar de lo mucho que desde entonces se les han torcido las cosas. La pareja sabe que, como cantaba Carole King en su celebérrima Youve got a friend, en Barcelona tiene incondicionales que no les van a dar la espalda.
Las malas lenguas no han tardado en concluir que la aportación que tuvieron que hacer los invitados para sufragar los costes de la comida y los regalos revela lo mal que están las finanzas de la pareja. No es ningún secreto que la única fuente conocida de manutención del matrimonio desde que se exilió en agosto de 2013 en Suiza es el sueldo de Cristina, que trabaja como directora del área internacional de la Fundación Bancaria La Caixa en Ginebra. La entidad mantiene discreción sobre las remuneraciones de sus directivos y se ha limitado a señalar que la infanta tiene la misma nómina que percibía cuando estaba en Barcelona. Su sueldo bruto anual, según se ha publicado, oscilaría en una horquilla que va de los 238.000 a los 400.000 euros.
Iñaki Urdangarin se acogió a una piadosa «excedencia» en su puesto de directivo de Telefónica cuando empezaron a salir a la luz noticias de sus tejemanejes en el caso Noos. Desde entonces no se le conocen otras ocupaciones que preparar su defensa y cuidar de sus hijos en Ginebra.
La capital helvética no es una ciudad barata. La familia de la hermana del Rey reside en un ático de 200 metros cuadrados por el que pagan 60.000 euros anuales, unos 5.000 al mes. Los cuatro hijos acuden a la International School of Geneva, un colegio que acoge a la flor y la nata de la sociedad internacional y en el que el curso sale a razón de 30.000 euros por alumno.
Cena con estrella
La familia suele hacer vida familiar y raramente se les ve fuera de su domicilio, en cuyo exterior suele haber siempre algún paparazzi de guardia. Por eso sorprendieron las informaciones que se publicaron hace unos días sobre la cena que la pareja habría organizado en un restaurante de Ginebra para conmemorar el cumpleaños de Cristina. En el establecimiento, Le Lion DOr, que tiene una estrella Michelin y un precio medio por cubierto de unos 200 euros, se habrían dado cita hasta 25 familiares y amigos de la pareja, entre ellos la reina Sofía. Se ignora si en este caso la cuenta se pagó a escote o corrió a cargo de la agasajada.
La fiesta de la masía de Maresme representaría una vertiente menos formal de la celebración del 50 cumpleaños, un aniversario en un ambiente más desenfadado y en compañía de amigos con los que hay una mayor afinidad generacional. Por eso no sorprende demasiado que los invitados realizasen una aportación para correr con los gastos del ágape y los regalos. Al fin y al cabo, es lo que se suele hacer en cualquier cuadrilla. Aunque los 75 euros apunten demasiado alto para muchos presupuestos.
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