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El primer tren que llegó el pasado mes de diciembre procedente de la ciudad china de Yiwú a la estación madrileña de Abroñigal. ::
Un galeón sobre raíles

Un galeón sobre raíles

El tren Madrid-Yiwú, la ruta ferroviaria más larga del mundo, se consolida con sus vagones cargados de aceite, vino y jamón. Aquí nos llegan juguetes, calzado y electrónica

borja olaizola

Viernes, 22 de mayo 2015, 00:11

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Se conocía como Galeón de Manila o Nao China y comunicaba Filipinas con la península haciendo escala en México. Fue una de las primeras rutas comerciales que se abrió con Asia y acercó a los mercados europeos productos chinos que hasta entonces habían sido inaccesibles, entre ellos la seda, el marfil, la porcelana, la laca o las ansiadas especias. El galeón, que cruzaba el océano Pacífico entre una y dos veces al año, hizo su primer viaje en 1565 y se mantuvo en activo hasta que en 1821 México se declaró independiente y cortó sus lazos con España.

Un tren a la semana

  • semanal

  • La experiencia piloto del tren entre Madrid y Yiwú, al sur de Shangai, ha resultado tan satisfactoria que la línea se consolidará a partir de junio habrá un convoy China-España a la semana. En sentido contrario la frecuencia se reducirá a un tren al mes.

  • 21 días tarda el tren en cubrir los 13.052 kilómetros de distancia. El que partió anteayer rumbo a Yiwú portaba 22 contenedores, ocho de ellos con botellas de Rioja.

A punto de cumplirse dos siglos del fin de aquella relación, España y China han recuperado una ruta comercial directa de la mano de la línea de tren que une Madrid con Yiwú, una ciudad situada al sur de Shangai. El primer convoy llegó a la península el pasado mes de diciembre procedente de China después de haber completado un recorrido de 13.052 kilómetros a través de ocho países. Se trata de la ruta ferroviaria más larga del mundo, muy superior a líneas legendarias como el Transiberiano (9.288 kilómetros) o el Orient Express (3.050 kilómetros). Solo una hipotética ruta entre Anchorage, en Alaska, y Usuhaia, en Argentina, podría superarla aunque de momento no hay ningún plan para unir los dos extremos del continente americano por tren.

El convoy que llegó a Madrid procedente de China en diciembre era una experiencia piloto promovida por el Gobierno de Pekín, muy interesado en abrir una ruta comercial estable con el mercado español. En los contenedores procedentes del país oriental no viajaban mercaderías exóticas como las que traía el Galeón de Manila, sino productos de consumo recién salidos de las factorías asiáticas. El tiempo había transformado las delicadas porcelanas y las primorosas sedas que atravesaban los océanos en las bodegas de los barcos en adornos navideños, juguetes, calzados o cachivaches electrónicos. La experiencia resultó positiva aunque algunas mercancías perecederas resultaron dañadas debido a las bajas temperaturas que se registran en algunos puntos del recorrido. En diciembre el termómetro se sitúa muy por debajo de los cero grados en gran parte de los países que tiene que atravesar el tren en su interminable recorrido.

El frío se erigió así en el principal enemigo del proyecto. Dado que la mercancía que se iba a transportar en el viaje de vuelta a China consistía principalmente en alimentos, se llegó a la conclusión de que la aventura solo tendría un final feliz si se lograba encontrar unos contenedores capaces de mantener temperaturas estables. Después de mucho indagar, se encontraron en Alemania unos vagones de mercancías preparados para las bajas temperaturas. El convoy de vuelta a China partió a finales de enero arrastrando unos contenedores isotérmicos cargados sobre todo de vino y aceite de oliva, dos productos que tienen cada vez más aceptación entre las emergentes clases medias del gigante asiático.

La experiencia tuvo un final feliz y la prueba más patente de ello es que el tren regresó de nuevo a Madrid al principio de la primavera con una nueva remesa de productos made in China. El gigante asiático es el tercer proveedor de España después de Francia y Alemania. Dado el notorio desequilibrio de la balanza entre ambos países 13.420 millones de euros a favor de Pekín en 2013, el volumen de mercancías que vienen de allí es muy superior al que realizan el viaje en sentido contrario.

4.000 contenedores al día

Julia Zhang, presidenta de la Fundación Orient, una institución que fomenta las relaciones hispanochinas, confirmó ayer que la ruta ferroviaria se consolidará a partir del próximo mes. Según reveló a este periódico, habrá un tren cada semana entre China y España. En sentido contrario la frecuencia se reducirá a uno al mes. El que será el último viaje piloto partió anteayer de Madrid portando una veintena de contenedores con vino tinto, aceite de oliva, jamones, conservas, agua mineral con gas y zumo de frutas.

En ocho de los contenedores viajaban unas 70.000 botellas de crianzas y reservas de Vivanco, una bodega riojana. Santiago Vivanco, uno de los responsables de la empresa, explicó que habían elegido el tren porque el precio resulta competitivo, es más rápido que el barco y además los contenedores isotérmicos garantizan mejores condiciones ambientales que las bodegas de una nave para los caldos. Yiwú, el destino el cargamento, «es una ciudad que se ha convertido en el gran supermercado del mundo», explicó el bodeguero: «Allí las compras se hacen por contenedores y cada día se compran y se venden unos 4.000, el volumen de negocio es impresionante».

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