Sierra Nevada, con más vegetación por el fin de la actividad humana y las altas temperaturas

Según explica el catedrático de Ecología de la UGR, vinculado al Observatorio Climático de Sierra Nevada, Regino Zamora, el incremento se debe principalmente al aumento de las temperaturas y al cese de la actividad humana.

Los científicos han observado el crecimiento de las plantaciones de coníferas y la expansión de los matorrales en alta montaña (piornos) y media montaña (orla espinosa, retamares), aunque también los robledales, encinares, pinares autóctonos, y enebrales se han visto favorecidos como consecuencia del abandono de las talas y usos agroganaderos y de unos otoños e inviernos menos fríos

El incremento de temperaturas ocasionado por el cambio climático permite que la vegetación crezca más y durante más meses en la actualidad en comparación con décadas pasadas.

Sin embargo, la reducción de la cubierta de nieve y la frecuencia cada vez mayor de sequías prolongadas reduce la vegetación en las zonas más bajas, un problema que previsiblemente se irá expandiendo cotas más altas en el futuro próximo. «Muchas especies de plantas adaptadas a ambientes fríos y húmedos, como tejos, enebros, robles o pinos silvestres, están siendo reemplazadas por otras especies mejor adaptadas a las nuevas condiciones más áridas», explica el observatorio en su reciente estudio.

En las cotas más bajas bosques y matorrales crecen menos y sus poblaciones apenas se regeneran, mientras que a mayor altitud crecen más, sus poblaciones se regeneran y colonizan también antiguos pastos y campos de cultivo de alta montaña.

Es decir, la vegetación con el cambio climático y sus episodios extremos se irá reduciendo de abajo hacia arriba. «Si no revertimos la tendencia actual del cambio climático, el incremento de verdor que observamos ahora en Sierra Nevada será un fenómeno que dure sólo unas décadas, justo las que ahora nos toca vivir. Es esencial realizar un seguimiento continuado de la vegetación», sentencia el observatorio.