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Dos militares observan junto a la pista de la Visera el entrenamiento de un participante de freestyle ski en estos campeonatos de Sierra Nevada.
Firmes y dispuestos ante la montaña

Firmes y dispuestos ante la montaña

Hasta 60 militares trabajan de forma voluntaria durante los Mundiales en diversas labores, en una relación especial que persiste desde 1932

Juan Ramón Olmos

Domingo, 19 de marzo 2017, 09:29

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No debería extrañar que muchos de los militares españoles que se prepararon para ir a Afganistán durante años conocieran bien las cumbres de Sierra Nevada. Aquí experimentaron algunas de las condiciones que se encontrarían en la acción real, como el trabajo en altitud o las condiciones extremas del clima. Todo ello, bajo un «trato extraordinario por parte de la estación», según resalta Hermenegildo Moreno de la Fonseca. «Nos ofrecen muchas facilidades al personal militar en actividades de formación, instrucción y adiestramiento», explica este teniente coronel del Ejército de Tierra.

Llegado el momento de los Mundiales, los militares están devolviendo ese buen trato con creces. Hasta 60 personas, «casi todas ellas de forma voluntaria», subraya Moreno, participan desde el 20 de febrero cuando todavía sólo se estaba en el periodo de preparación de los campeonatos en todo tipo de trabajos, ya sea colocando las redes de la competición que tira el viento, pisando la nieve y ayudando configurar la pista de baches, o vigilando que nadie pase por donde no debe y fastidie el recorrido de un deportista en busca de una medalla.

35 de ellos proceden de Alicante, del Mando de Operaciones Especiales, 20 llegan desde unidades de Granada, y cinco se apuntaron desde la Base Aérea de Armilla, del Ejército del Aire sobre estos últimos afirma Moreno que «nos han venido muy bien, trabajar con ellos es una auténtica satisfacción». Si da la sensación de que están por todas partes, es porque están casi todo el tiempo activos en estos Mundiales.

El teniente coronel, que está coordinando a todo el personal militar en Sierra Nevada tanto al que procede del Ejército de Tierra como el que viene del de Aire, es el primero que da ejemplo con su horario. «Normalmente, se sale a las seis de la mañana desde Granada para estar cogiendo los medios mecánicos a las siete. Hasta que comenzaron los campeonatos, trabajábamos hasta las 17:30-18 horas. Ya con el Mundial en marcha, ha habido días que hemos salido de Granada a las cinco de la mañana y algunos no han bajado hasta la una de la madrugada. Eso, si el tiempo viene bien. Como haya inclemencias, esto se complica todavía más». Sin embargo, ante este panorama, Moreno recuerda que «la gente viene ilusionada, son militares profesionales que ejecutan sus trabajos con ilusión».

Esa labor que realizan da continuidad a una relación que acumula ya casi un siglo de antigüedad. «El Ejército de Tierra ha estado aquí desde 1932», dice el teniente coronel, quien recuerda que sólo la Universidad de Granada les supera como institución pública con una presencia más longeva en Sierra Nevada, un par de años más. Por ello, Moreno asegura que «somos parte de este espacio y formamos una relación de mutua colaboración e institucional que supera a todo».

Bajo su punto de vista, «a la organización del evento le da mucha tranquilidad que estemos aquí. Saben que, donde hay personal militar, el tema está controlado sin ningún tipo de problema. Si se nos da un cometido específico en un lugar determinado, pueden tener garantizado que se cumple a rajatabla». Y su trabajo es ciertamente bien valorado. De hecho, Ricardo Castro, responsable del snowpark de Sierra Nevada, calificaba recientemente en IDEAL el trabajo de los militares como «apoyo imprescindible, nos ayudan poniendo redes de seguridad o banderas, transportando nieve de un sitio a otro...».

Son reacciones como esa las que llevan al teniente coronel a concluir que «lo más bonito de trabajar en la montaña es la gente. Las relaciones personales, el trato humano de las tiendas, de negocios de hostelería, de federaciones, de escuelas... Ese cariño personal para mí es lo que más enriquece». Salmantino de origen, pero ya un granadino más al trabajar en la provincia desde hace casi treinta años ahora en el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC), Moreno afirma sin género de dudas que «Pradollano y la estación es un lugar donde el ejército es muy querido, no te puedes hacer una idea».

En contraste, lo más exigente de trabajar en Sierra Nevada es, bajo su punto de vista, «los plazos de tiempo. Muchas veces, son muy cortos y tenemos que hacer y deshacer veinte veces lo que hemos hecho. Pero los militares estamos acostumbrados a obedecer, y cumplimos las instrucciones que nos dan». A Moreno le gusta destacar que «toda la organización de estos Mundiales somos un gran equipo y cada uno tiene su cometido. El nuestro es importante, pero no es el único. Lo intentamos hacer de la mejor manera posible, y si no es así, intentamos la siguiente vez que se haga perfectamente bien».

A título personal, el teniente coronel confiesa que «soy muy aficionado a la montaña y el esquí», y, con la autoridad que le confiere llevar involucrado desde 2003 en todo tipo de eventos deportivos en Sierra Nevada, confía en que «este Mundial acabe muy bien, se puedan disputar todas las finales y el domingo podamos decir que esto ha sido un éxito del que podamos sentirnos orgullosos los granadinos, los andaluces y los españoles».

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