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María Dolores Martínez
Viernes, 31 de enero 2025, 10:19
La cuarta sesión de la II Semana Bíblica Diocesana, celebrada en Colegio Mayor Cardenal Cisneros, tuvo como tema 'Los creyentes vivían unidos y tenían todo en común'. Esta nueva ponencia siguió ahondando en la materia que aglutina todo este ciclo, 'Un solo corazón, una sola alma', centrada en la comunión.
La ponente fue en esta ocasión la religiosa dominica y profesora de la Facultad de Teología de Granada Carmen Román Martínez, graduada en Periodismo, doctora en Teología Bíblica y coordinadora del equipo sur de los libros de Cáritas. Una mujer «con grandes aptitudes para la comunión, una persona pacificadora, con gran capacidad de desarrollar procesos de reconciliación», tal y como aseguró en la presentación su compañera en la congregación y profesora Mariela Martínez Higueras en la presentación de la ponencia.
«Cada vez que escuchamos 'Un solo corazón, una sola alma', como una especie de letanía, tenemos que dejar de lado dos presupuestos», comenzó diciendo Carmen Román Martínez. Por un lado, «considerar la comunión como una unidad solamente de carácter espiritual y, el segundo, como uniformidad. Más lejos de la realidad, porque implica la aceptación del otro en la diversidad».
Para reflexionar sobre el tema de la comunión, la profesora navarra se adentró en el Libro de los Hechos de los Apóstoles y en los orígenes del cristianismo. «Podemos ver que, aparte del concepto de camino que utiliza Lucas en toda su obra (la vida del creyente como la de Jesús), hay un tema clave que es el de la comunión (κοινωνία)». Este sustantivo, en su acepción más amplia, es «designar lo que los griegos llamaban una relación filial. Dentro de la cultura helenista se afirmaba que iba en referencia a la comunidad de bienes». Esto ocurría también en la comunidad de los esenios donde, «a diferencia de los modelos helenísticos, la motivación e inspiración son explícitamente religiosas».
Los teólogos y biblistas tampoco se ponen de acuerdo a la hora de identificar la κοινωνία y apuntan diferentes expresiones, como comunidad en el sentido de unidad, comunidad apostólica, comunidad de la solidaridad fraternal, comunidad de mesa, fraterna comunidad de los cristianos y comunidad de bienes.
Carmen Román retomó posteriormente los Hechos de los Apóstoles y sus sumarios, «colocados estratégicamente por Lucas», para hacer un análisis reposado y muy enriquecedor sobre los cuatro pilares, subrayados por el evangelista, en los que se asienta la organización de la comunidad: fidelidad a la enseñanza de los apóstoles, vida comunitaria, fracción del pan y oración.
Aquella vivencia comunitaria «impresiona» y las actuaciones de los apóstoles «quieren simbolizar la actuación salvadora de Jesús en el corazón del ser humano». La primera comunidad de los orígenes enseña a la del siglo XXI «la armonía, avanzar en el camino del compartir, agarrarse a la Palabra para conocer y seguir a Jesús, perseverar en la Eucaristía y ser perseverantes en la enseñanza de los Apóstoles: formarse, estudiar, reflexionar, escudriñar y orar». En definitiva, «mantenernos constantes con un solo corazón, con una sola alma para vivir en Cristo y en comunión con los otros ».
Esta tarde, a partir de las 20:00 horas, se clausurará la Semana Bíblica Diocesana en el Colegio Mayor Cardenal Cisneros con la ponencia 'Os lo anunciamos para que estéis en comunión con nosotros'. La impartirá el decano de la Facultad de Teología de Granada, Ignacio Rojas Gálvez.
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