Dónde conseguir el Jubileo 2025 en Granada
Los templos jubilares establecidos son: la S.A.I Catedral y la iglesia parroquial del Sagrario-Catedral, la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias, la Basílica de San Juan de Dios, la parroquia Sagrada Familia de Granada, el Santuario Virgen de la Cabeza (Motril), el santuario del Cristo del Paño (Moclín) y el monasterio de Nuestra Señora del Espino (Chauchina), de la Orden de Hermanas Capuchinas
Álvaro de la Torre Araus
Viernes, 13 de diciembre 2024, 14:29
Bonifacio VIII, en 1300, convocó el primer Jubileo, llamado también 'Año Santo', porque es un tiempo en el que se experimenta que la santidad de ... Dios nos transforma. Con el tiempo, la frecuencia ha ido cambiando: al principio era cada 100 años; en 1343 se redujo a 50 años por Clemente VI y en 1470 a 25 años por San Juan Pablo II. También hay momentos 'extraordinarios': por ejemplo, en 1933, Pío XI quiso conmemorar el aniversario de la Redención y en 2015 el Papa Francisco convocó el año de la Misericordia. También ha sido diferente el modo de celebrar este año: en el origen coincidía con la visita a las Basílicas romanas de san Pedro y san Pablo, por tanto, con la peregrinación, posteriormente se añadieron otros signos, como el de la Puerta Santa. Al participar del Año Santo se obtiene la indulgencia plenaria. El Santo Padre abrirá oficialmente el Año Santo con el rito de Apertura de la Puerta Santa de la Basílica Papal de San Pedro a las 19:00. Luego presidirá la celebración de la Santa Misa en la noche de la Natividad del Señor en la Basílica.
Desde el punto de vista simbólico, la Puerta Santa adquiere un significado particular: es el signo más característico, porque la meta es poder atravesarla. Su apertura por parte del Papa constituye el inicio oficial del Año Santo. Originalmente, solo había una puerta, en la Basílica de San Juan de Letrán, que es la catedral del obispo de Roma. Para que los numerosos peregrinos pudieran hacer este gesto, las demás Basílicas de Roma también ofrecieron esta posibilidad. Al cruzar este umbral, el peregrino recuerda el texto del capítulo 10 del evangelio según san Juan: «Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos». El gesto expresa la decisión de seguir y de dejarse guiar por Jesús, que es el Buen Pastor. Por otra parte, la puerta es también un paso que conduce al interior de una iglesia. Para la comunidad cristiana, no es solo el espacio de lo sagrado, al cual uno se debe aproximar con respeto, con un comportamiento y una vestimenta adecuados, sino que es signo de la comunión que une a todo creyente con Cristo: es el lugar del encuentro y del diálogo, de la reconciliación y de la paz que espera la visita de todo peregrino, el espacio de la Iglesia como comunidad de fieles.En Roma, esta experiencia adquiere un significado especial, por la referencia a la memoria de san Pedro y san Pablo, apóstoles que fundaron y formaron la comunidad cristiana de Roma y que, con sus enseñanzas y su ejemplo, son una referencia para la Iglesia universal. Aquí se encuentra su tumba, en el lugar donde fueron martirizados; junto con las catacumbas, es un lugar de continua inspiración.
El Papa entregó Spes non confundit, la bula de convocación del Año Santo 2025, en la que lanza llamamientos en favor de los presos, los emigrantes, los enfermos, los ancianos y los jóvenes presos de la droga y de las prevaricaciones. El Pontífice anuncia que abrirá una Puerta Santa en las cárceles, pide la condonación de la deuda de los países pobres, el aumento de la natalidad, la acogida de los emigrantes y el respeto a la Creación. La Bula contiene súplicas, propuestas (como la dirigida a los gobiernos para que amnistíen o indulten las penas de los presos o la de un Fondo Mundial para eliminar el hambre con el dinero de las armas), luego llamamientos en favor de los presos, los enfermos, los ancianos, los pobres, los jóvenes, y anuncia las novedades de un Año Santo -una sobre todo, la apertura de una Puerta Santa en una cárcel- que tendrá como tema «Peregrinos de la esperanza», en referencia a los fieles que vendrán a Roma y a los que, no pudiendo llegar a la ciudad de los apóstoles, lo celebrarán en Iglesias particulares.
El arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, ha firmado un Decreto que recoge las Disposiciones Diocesanas para el Jubileo 2025, convocado por el Papa Francisco, con el lema 'Peregrinos de Esperanza' y promulgado el pasado 9 de mayo a través de su Bula. El Decreto establece la apertura en la Diócesis de este Año Jubilar el 29 de diciembre, a las 12:30 horas, en la iglesia parroquial del Sagrario-Catedral, desde donde se peregrinará en dirección a la S.A.I Catedral Metropolitana de la Encarnación, para participar en la Eucaristía. Este Año Jubilar se cerrará el 28 de diciembre de 2025, «en la forma que se determinará posteriormente».
TEMPLOS JUBILARES EN GRANADA
Los templos jubilares establecidos son: la S.A.I Catedral y la iglesia parroquial del Sagrario-Catedral, la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias, la Basílica de San Juan de Dios, la parroquia Sagrada Familia de Granada, el Santuario Virgen de la Cabeza (Motril), el santuario del Cristo del Paño (Moclín) y el monasterio de Nuestra Señora del Espino (Chauchina), de la Orden de Hermanas Capuchinas.
El Decreto también establece las disposiciones para que los fieles obtengan la Indulgencia Plenaria, que pueden ser aplicables para sí mismos o en sufragio por las almas del purgatorio: confesión sacramental, comunión eucarística, oración por las intenciones del Papa y exclusión de todo afecto al pecado. Asimismo, para obtener esta Indulgencia Plenaria se establece también realizar algunos actos: participación en la Santa Misa y oración (via crucis, Santo Rosario, liturgia de las horas), así como adoración eucarística en los templos jubilares; peregrinar a un templo jubilar y rezar un Padre Nuestro, la Profesión de Fe y una invocación a la Virgen María; realizar obras de misericordia corporales y espirituales; y participar en encuentros de formación, retiros espirituales «u otras actividades relacionadas con el Jubileo». El Decreto determina que se impartirá la Bendición Papal, de manos del arzobispo, con Indulgencia Plenaria, al inicio y clausura del Jubileo en la Archidiócesis, y «en otras celebraciones significativas designadas durante el Año Santo».
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