Edición

Borrar
El Huerto del Realejo

El Huerto del Realejo

Como novedad, este año se acompañaba por los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Despojado de Granada

Fernando Argüelles

Martes, 11 de abril 2017, 03:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cada año, concretamente cada Lunes Santo, florece un olivo en el barrio del Realejo, y miles de personas se daban cita ayer para verlo. A las seis y media de la tarde se abría el portón del patio del convento de las Comendadoras de Santiago y la cruz de guía de la hermandad se ponía en la calle entre el aplauso de los centenares de personas que allí se daban cita.

Los nazarenos de la corporación precedían al primer paso de la hermandad, el majestuoso monumento andante sobre el que reza la imagen que realizara el imaginero granadino Domingo Sánchez Mesa en el año 1944. Se adornaba el paso con el exorno tradicional en el que nunca faltan aromáticas hierbas, procediendo este año el olivo de la localidad de Colomera. Como novedad, este año se acompañaba por los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Despojado de Granada, figurando delante del paso una nutrida representación de la Policía Nacional, institución que tiene condedido el título de hermano honorario de la cofradía.

Nada más salir el paso, en la misma calle Santiago, volvía a repetirse el momento emotivo en el que la comunidad de religiosas del convento de las Comendadoras de Santiago veían ante ellas el paso de misterio de la hermandad. La cofradía tiene una íntima vinculación con esta orden, manteniendo durante todo el año una estrecha colaboración con las monjas. Si para ellas fue emotivo ver llegar a Cristo arrodillado en el huerto, más aún fue poder ver a la bellísima imagen de María Santísima de la Amargura Coronada, señoreando en su paso de palio. También se quiso rendir homenaje al joven compositor grandino Víctor M. Ferrer, autor de la marcha 'Mi Amargura', una de las más oídas por toda Andalucía y dedicada, precisamente, a la dolorosa de la calle Santiago.

En todo su recorrido estuvo la hermandad muy arropada por el público, llegando a la carrera oficial pasadas las nueve de la noche. Los costaleros del paso de misterio cruzaron Ganivet demostrando el señorío que caracteriza su andar, y del que fueron haciendo gala a lo largo de todo el recorrido, por ejemplo al subir la rampa de la plaza de las Pasiegas. También buen trabajo costalero en los hombres del palio.

El regreso de la hermandad, a primeras horas ya de la madrugada, volvió a ser uno de los principales momentos del día. La calle Santiago aparecía abarrotadísima de público y los dos pasos de la corporación se abrían paso entre la muchedumbre que no quiso perderse el que es uno de los regresos más hermosos de la Semana Santa de Granada, cargado de sabor cofrade, y en el que las petalás y las saetas no faltan nunca. Hasta que el paso de palio de la Virgen de la Amargura Coronada, acompañada por los acordes de la Asociación Musical San Isidro (Armilla), no echaba sus zancos al suelo en el patio del convento de las Comendadoras, nadie quiso despegarse de las inmediaciones de la calle Santiago, sabiendo que momentos como ese siempre se recuerdan.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios