Procesión sin la autorización arzobispal

Desde hace dos meses, la conocida como hermandad de Santa María de los Ángeles es consciente de la intención del Arzobispado de no autorizar la salida procesional de este sábado. Según explica su hermano mayor y presidente, Antonio Méndez, desde entonces se ha tratado de encontrar una «solución dialogada» con la Curia sin que finalmente se haya alcanzando un entendimiento para que esta procesión tenga el visto bueno de la Iglesia.

Méndez relató que mantuvieron varias conversaciones, incluso con el propio arzobispo, «que se mostró muy enterado de la problemática al carecer de estatutos la hermandad, a pesar de haberlo solicitado en varias ocasiones sin recibir contestación de la Curia». Méndez incluso confiesa que en algún momento de la reunión con el prelado le acusó de «tener montado un tinglado con la hermandad», informa Jorge Martínez.

A pesar del veto eclesial, la hermandad ha convocado para el sábado, a las siete y media de la tarde, una «manifestación externa de fe a modo de procesión» que viajará desde la calle Molinos hasta el Campo del Príncipe, donde esta agrupación tiene previsto leer un manifiesto.

El objetivo de la hermandad, de cara al próximo sábado, es «hacer todo lo posible porque todo siga igual» y animó a los fieles del barrio del Realejo y del resto de la ciudad de la Virgen de los Ángeles que acudan acompañar a la hermandad. La imagen que saldrá por las calles será una copia del original. La hermandad argumenta que el estado de conservación de la imagen de la titular impide que pueda procesionar, a pesar de que hasta el pasado año la talla original de la Virgen de los Ángeles realizó su tradicional recorrido sin ningún inconveniente.

Las críticas de la hermandad a la diócesis de Granada van más allá. En su escrito expresaron su malestar con la Curia por tener «abandonado» al monasterio franciscano que alberga a los titulares de esta hermandad al que, según Méndez, «han prohibido a sacerdotes su entrada al monasterio».

La diócesis, preguntada ayer por los motivos que le llevan a desautorizar este año la procesión, no supo detallar con exactitud las causas y se limitó a asegurar que durante este verano organizó los cultos tradicionales en honor a la Virgen de los Ángeles «que presidió el vicario episcopal de la ciudad y culminaron con la solemne Eucaristía del día 2 de agosto, festividad de la Virgen de los Ángeles».

Dentro de la propia hermandad también existe división a la hora de aceptar la decisión arzobispal y ayer se emitieron dos comunicados, uno que respalda a la Curia y otro, el firmado por la junta de gobierno de la hermandad, que lo rechaza. Los 'rebeldes' se refirieron a la presidencia de la hermandad como 'asociación civil' -el mismo término que usó el Arzobispado de Granada- en un escrito que se difundió a través de las redes sociales. En él aseguraron que la procesión del próximo sábado «va en contra de la devoción de nuestra titular», denunciaron «la cuestionable gestión de algunos miembros de dicho colectivo civil» y anunciaron la suspensión de la salida procesional.

A la par, instaron a la Curia Diocesana a asumir el mandado de la hermandad, reclamaron a las formaciones musicales que habitualmente acompañan a esta imagen que se desvinculen del acto del próximo sábado y aseguraron que las religiosas del monasterio de las clarisas franciscanas de la calle Molinos son quienes han desaprobado que se procesione con la imagen original de la Virgen de los Ángeles.

Carta al Papa

Este conflicto entre los integrantes de la hermandad de los Ángeles ha ido más allá del Realejo. Según explicó ayer Antonio Méndez, ante las dificultades para poder procesionar con normalidad el 5 de septiembre, una «comisión jurídica» de esta organización se desplazó hasta Roma para hacer entrega de una carta al Papa Francisco «en la que le manifestábamos la situación por la que está atravesando nuestro monasterio y esta hermandad». Méndez aseguró que este documento fue recibido «en mano» por el Santo Padre.