Los Gitanos abre el Miércoles Santo

Y con aplausos recibían todos a la cruz de guía de la hermandad cuando las puertas del templo se abrían y empezaban a abandonar su penumbra los nazarenos de túnica de raso de color morado y fajín y capillo rojo, con capas doradas los cargos. Difícil resulta siempre la salida de los pasos desde el interior del templo del Sagrado Corazón de Jesús. Las dimensiones de la puerta son escasas para la salida de los pasos, teniendo que desplegar un excelente trabajo las cuadrillas de ambos pasos. Era la primera vez que salía desde aquí el Cristo del Consuelo sobre el nuevo paso de la cofradía, estrenado el pasado otoño con motivo de la salida extraordinaria que realizó la hermandad para conmemorar su setenta y cinco aniversario. Ya entonces causó muy buena impresión este paso, tallado en madera, bajo diseño del granadino Álvaro Abril, por el cordobés José Carlos Rubio Valverde.

Ayer, nuevamente, gustó mucho ver sobre él a la imagen del Cristo del Consuelo, el único crucificado con cuatro clavos que procesiona en la Semana Santa granadina, una talla realizada por puntos de la imagen original de José Risueño. Estaba acompañado el paso por la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús del Gran Poder, estando su cuadrilla integrada tanto por costaleros como por costaleras, que se van turnando bajo las trabajaderas para cubrir el largo recorrido que la cofradía sigue, mandado por Francisco Rodríguez.

Lo mismo ocurría con la salida del paso de palio, un momento de gran emoción y en el que ni siquiera el público se atrevía a respirar hasta que el paso fue levantado. Magnífico trabajo de la gente de abajo, a las órdenes de Eduardo Torres. El palio contaba con el acompañamiento de la Banda de Música de Otura, con un bello exorno floral. Tiene la particularidad este paso, al igual que buen número de enseres e insignias de la cofradía, de estar realizado en color cobre, tan típico del barrio del Sacromonte y los gitanos. Precediéndolo, dos largas hileras de camareras con su mantilla negra iluminando el paso de la Virgen, muchas de ellas mujeres de raza gitana. En el cortejo volvieron a estar presentes numerosas representaciones de distintas instituciones de la ciudad, como los Antiguos Alumnos del Sacromonte, la hermandad del Rocío de Granada, el Colegio de Abogados, etc. Todos ellos son hermanos honorarios de la cofradía, y es que esta corporación es una de las que, a lo largo de la historia, mayor número de títulos honorarios ha asignado.

Una vez que llegó la cofradía al Peso de la Harina la corporación cedió todo su protagonismo al barrio del Sacromonte, que fue el encargado de ir acompañando al Crucificado y la dolorosa entre numerosas muestras de fervor popular. No faltaron las hogueras encendidas junto a muchas cuevas ni los cantes gitanos. Bien entrada la madrugada se recogía la hermandad en la abadía de Valparaíso tras una espléndida estación de penitencia que llenó de satisfacción a todos los hermanos.