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Camino de madera sobre la turbera J. E. GÓMEZ

La ruta del Mamut, un viaje familiar al origen del Cuaternario

Recorrer las lagunas de Padul es conocer la evolución de la Tierra a través de sendas sobre las turberas, umbrías con árboles misteriosos, avifauna e historia

Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle

Granada

Jueves, 5 de marzo 2020, 21:46

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¿Por este sendero vamos bien para ver un mamut y un tigre? Era la pregunta que hacía una joven madre con dos pequeños de dos y cuatro años al inicio del sendero que desde las lagunas de Padul se dirige hacia El Aguadero, el centro de interpretación de este espacio natural protegido que forma parte del Parque Natural de Sierra Nevada. Lo hace a través de una senda abierta entre cañaverales y carrizales, junto a la ribera de la gran turbera, un camino a veces inundado por el agua en el que crecen sauces, zarzamoras y habita una enorme biodiversidad de fauna y flora. Al final del camino (o al inicio si se empieza en el centro de interpretación) se encuentra un pequeño parque y área recreativa con la reproducción de un mamut y, a su lado, un tigre dientes de sable y un rinoceronte, construidos a escala natural.

Galería. Ruta del Mamut en las lagunas de Padul

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Galería. Ruta del Mamut en las lagunas de Padul J. E. GÓMEZ

Es el inicio de la conocida como ruta del Mamut, un recorrido para conocer los secretos y paisajes de las lagunas y turberas de Padul, una ruta especial para hacer en familia, con niños a los que contar la historia de la evolución de la tierra en la que viven. Al Aguadero se llega por la antigua carretera de Motril, la N-323. Tras pasar el núcleo urbano de Padul, se divisa la extensión del humedal y lagunas. Una señal indica el cruce hacia el centro de interpretación y el Aula de Naturaleza donde conocer las singularidades de esta zona como espacio natural protegido.

Es posible jugar entre los enormes colmillos del mamut y dejarse sorprender por los dientes del tigre, antes de caminar hacia el sendero que se interna a través de un camino abierto ente la vegetación de ribera, con algunos puntos en los que se contempla la extensión de la laguna y turbera (cerrada a la explotación desde hace una década). En el centro de este sendero crece la higuera de los deseos, un enorme árbol de retorcido tronco al que se le puede pedir un deseo… Y dicen que se cumple.

La ruta continúa hacia un sendero de maderas que permite recorrer parte del humedal, bordear la laguna y adentrarse en los carrizales. A 100 metros del inicio de la senda de madera, una bifurcación a la izquierda lleva a un observatorio de aves que permite contemplar la lámina de la laguna. Continúa hacia el interior por puntos donde el agua, en ocasiones, supera la altura de las maderas y solo se puede continuar mojándose los zapatos. Un observatorio en altura permite contemplar la gran extensión de carrizales y turberas que se extiende por toda la depresión de Padul.

Representación de un mamut y un tigre dientes de sable; laguna de Padul; observatorio sobre el humedal. J. E. GÓMEZ
Imagen principal - Representación de un mamut y un tigre dientes de sable; laguna de Padul; observatorio sobre el humedal.
Imagen secundaria 1 - Representación de un mamut y un tigre dientes de sable; laguna de Padul; observatorio sobre el humedal.
Imagen secundaria 2 - Representación de un mamut y un tigre dientes de sable; laguna de Padul; observatorio sobre el humedal.

Tierra de Mamuts

La fina lámina de agua se mueve con el viento, genera pequeñas olas que se deslizan hacia las riberas, donde troncos de álamos y almeces sobresalen de las aguas, muertos tras años de inundación. La pequeña ventana abierta sobre la pared de cañas y esparto que conforma uno los observatorios ornitológicos de las lagunas de Padul, deja ver el paisaje creado por la expansión del agua en las ancestrales turberas, pero en realidad muestra la imagen de lo que pudo ser el paisaje de grandes lagos formados por el agua del antiguo mar de Tetis, aprisionada entre las montañas tras el levantamiento, desde el fondo de ese mar, de Sierra Nevada y las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. La pequeña ventana, entre carrizos y zarzales, es una puerta de acceso a un viaje en el tiempo, un recorrido hacia atrás que nos conduce a la era del Cenozóico y a su periodo conocido como Neógeno, precursor del Cuaternario (en el que aún nos encontramos).

Hace 20 millones de años, desde las profundidades del mar de Tetis, en una posición geográfica situada en el mismo lugar que hoy ocupa la depresión de Padul, una enorme fricción entre placas provocó la llamada Orogénesis Alpina, el movimiento que generó el levantamiento de las cordilleras alpinas, desde Sierra Nevada hasta los Alpes. Durante más de diez millones de años, el movimiento cambio por completo la orografía de un territorio en el que sierras, montañas y colinas, atraparon el agua del mar para convertirla en lagos y lagunas rodeadas de marismas, cenagales y pantanos. Hace 5 millones de años, en otras latitudes más al norte, la Edad de Hielo provocó el éxodo de grandes macromamíferos hacia zonas más cálidas. Grandes elefantes y los Mamuts, seguidos de depredadores como los tigres dientes de sable, llegaron y colonizaron las tierras circundantes a la jovencísima Sierra Nevada.

Los humedales, riberas, esteros y marismas de Padul, Dúrcal y el Valle, bajo la gran falla geológica de Nigüelas, se convirtieron en una tierra rica, con comida abundante, donde los grandes paquidermos podían alimentarse. Con el tiempo, animales y vegetales murieron y generaron una capa orgánica que fundida entre la tierra y el agua, se transformó en la esencia de las turberas. Hoy, la turba, incluso los pólenes atrapados en esa composición orgánica, cuentan una paleohistoria de espacios repletos de biodiversidad precursora de la presencia humana desde sus primeros signos, con rastros del paso hacia tierras del norte, tímidos asentamientos, refugios de invierno y poblaciones seculares.

Desde que en 1982 un equipo de investigadores de la UGR (entre los que se encontraban Isidro Toro y Manuel Fernández Magán) descubrió los restos del que se consideró el mamut lanudo más meridional de Europa en el corazón de las tuberas de Padul, donde vivió hace alrededor de 35.000 años (IDEAL lo contaba en los primeros días de agosto de hace 38 años), caminar entre las lagunas y turberas de este espacio se convertía en una forma de viajar en el tiempo y conocer el origen del territorio más cercano. Las lagunas de Padul tenían un icono para atraer la atención de científicos y ciudadanos.

¿Cómo llegar y recorrido?

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