'Happy End': La familia mal, gracias
ESTRENOS ·
Michael Haneke evidencia la creciente incomunicación humana con el avance de las nuevas tecnologías'Happy End', lo último de Michael Haneke, comienza con varios planos grabados con el móvil de una pre-adolescente en formato vertical, ... como mandan los cánones del formato doméstico en el día a día. La niña chatea sobre las imágenes, emitiendo en directo, sumiéndonos en una realidad desconcertante. No parece llevarse bien con la madre. Le sigue la toma de una cámara que vigila una obra en construcción con el sonido de una radio de fondo. Ocurre un accidente que desequilibra la estampa.
En muy poco tiempo el cineasta austriaco nos ha situado en mitad de un drama donde se desmoronan los cimientos de una familia burguesa que lo tiene todo y le falta todo, encarnada por un reparto coral de escándalo que habla con gestos y pocas palabras (tremenda la escena en un karaoke que define por completo a uno de los personajes).
Una sucesión de planos secuencia, con especial querencia por la cámara fija, algún paneo meramente descriptivo cuando toca y puntuales despliegues técnicos, retratan algunos de los males latentes del siglo XXI. Despojada de música, la película parece querer aunar todas las obsesiones del responsable de 'Funny Games', exponiéndolas con una sencillez aparente que entronca con nuestra sobreexposición en las redes sociales, herramientas que responden a una necesidad de encontrar la aprobación de los demás y escondernos en la piel de otro. La vida diaria como una cárcel de sentimientos. La decadencia de un legión de almas perdidas con problemas de empatía.
La incomunicación en los tiempos de las nuevas tecnologías, presentes a lo largo del metraje, preocupa a Haneke, más condescendiente de lo habitual, cómodo en su decisión de describir el horror cotidiano sin caer en los escabroso como en anteriores ocasiones. Los retazos que nos muestra de la existencia de una familia acomodada le permiten escarbar en la conciencia de una realidad que se tambalea, dinamitada por los traumas.
El final feliz al que alude el título no parece llegar nunca. Es todo mentira. 'Happy End' no es la propuesta más brillante de su excelente filmografía, pero mantiene su inconfundible toque de calidad y autoría. Se agradece la banda sonora desnuda. El reparto, con la inmensa Isabelle Huppert a la cabeza de una dinastía vacía con tendencias autodestructivas, prisionera de sí misma, incapaz de relacionarse con normalidad, corona uno de los estrenos más seductores del fin de semana.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
- 1 Un herido tras chocar su coche contra un árbol en Camino de Ronda
-
2
La resurrección del mercado de San Agustín
- 3 Fallece Clemente Arco, presidente de la asociación de vecinos de Casería de Montijo
- 4 El pueblo de Granada que exhibe un Belén formado con 200 figuras de Playmobil
-
5
Isabel la Católica estrena casa en el Albaicín
-
6
La plaga silenciosa del suicidio entre los jóvenes
- 7 El Covirán se bloquea
- 8 Los premios IDEALES reconocen a cinco talentos de la cultura de Granada
-
9
Una jornada de decoración en el pueblo más navideño de la Costa
-
10
«Agradezco cada día no haberme quitado la vida a los 14 años»
-
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad