Juras, medallas y dulces

Los comentarios de los conductores del programa y de sus invitados reflexionaron sobre la necesidad o no de reformar la Constitución para que gobierne una mujer. Según explicaba ayer Miguel Roca, uno de los redactores de la Carta Magna, en el programa especial de TVE, si bien el artículo 57 da preferencia al hombre frente a la mujer en la sucesión de la corona, el artículo 14 nos declara a todos iguales ante la Ley sin discriminación alguna por razón de sexo, entre otras. Es decir, que el 14 podría solucionar un posible conflicto que, por otra parte, también podría solventar el Gobierno con un Decreto. Pero también en la Constitución, el artículo 56 en su punto 3 asegura que la persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad, lo que, decididamente nos lleva a deducir que la persona del rey se encuentra por encima del resto de las personas a las que sí se refiere el artículo 14. Pero como era de esperar, en un día como el de ayer, sobre esta cuestión ni siquiera llegaron a servir las puntillas porque nunca se llegó a caminar sobre ella.

Ayer se repartían las banderas de España y las de la princesa de Asturias, y mientras unos alababan su conocimiento no solo de todas las lenguas oficiales de España, sino también del inglés, y del francés, e incluso sus nociones de árabe y de mandarín, las portadas de las revistas más cercanas por simpatía a la Casa Real presumían de princesa en sus portadas con titulares con frases como «la princesa más guapa de Europa». Desde luego, tales frivolidades, y por tanto, innecesarias descripciones no la ayudan a poner en valor la preparación que pueda estar recibiendo. No sé a qué se aludió más veces, si al color blanco de su traje pantalón, si a la ausencia de algunas ministras y ministros, o a la de los abuelos.

Y me pregunto ¿por qué la versión instrumental de «Sing of the times», BSO de los Bridgerton, vestía las piezas sobre la vida de Leonor que veíamos de relleno?, ¿quién eligió el tema? y también si ha sido casual vestir a la princesa, igual que a su madre el día de su pedida, con traje de chaqueta blanco, uno de los tres colores de las sufragistas.