Así se titula la última novela (2022) de Mariano Antolín Rato, protagonizada por el escritor Rafael Lobo, habitual alter ego del autor, una autoficción donde ... realismo y fantasía se entreveran con un humorismo socarrón y tragicómico, y se va desvelando el caótico proceso de escritura de una novela de mismo título, con su autor recluido en una aldea de la España vacía para contar por encargo una historia destinada, sin él sospecharlo, a encajar en el libro de un todopoderoso divo de la crítica literaria sobre el «estilo tardío» de los escritores seniles, cuando se produce un apagón global de presumible origen terrorista, con parálisis total de medios de comunicación vial y digital.
Así las cosas, nuestro 'outsider' se embarca en un truculento y agotador periplo a pie hasta Madrid para reunirse con su editora, amante ocasional y único sustento económico, padeciendo en vivo las vicisitudes del caos generado (incendios, saqueos, asesinatos, atracos, tribulaciones a cual más disparatada). A ello se une un apremiante y a la postre frustrado anhelo de contactar a una 'influencer' con la que mantiene una fervorosa relación erótico-virtual, lo cual multiplica sus apuros de supervivencia mientras intenta sortear las exigencias editoriales de adaptación de la novela a su torticero objetivo, a riesgo de ser expulsado del «club de los escritores vivos» de no avenirse a razones.
En suma, una enredante narración metaliteraria, entre realista y apocalíptica, que tiene en ascuas al lector de principio a fin: novela dentro de la novela que se van enlazando sin dejar de ser una misma, y de estructura circular al acabar donde empezó, con un nuevo apagón como figuración del eterno retorno. El autor combina un lenguaje coloquial con profusas referencias literarias y anglicismos acordes con su condición de traductor de la generación Beat y de autores como Ezra Pound, Scott Fitzgerald, Malcolm Lowry, Raymond Carver, William Faulkner, entre otros muchos: una encomiable labor que le valió el Premio Nacional de Traducción 2014, al que se unen sus múltiples galardones como autor de una quincena de novelas.
El pasado mes de enero, Mariano Antolín Rato falleció de un infarto fulminante en su residencia motrileña, veterano integrante de la saga de pioneros españoles -así su amigo Antonio Escohotado- que osaron lidiar, a modo de 'suerte suprema' paralela, con los alucinógenos y salieron ilesos de sus cornadas. Descanse en merecida paz el afable conversador y audaz viajero por los confines de la mente, que al menos ha tenido la suerte de abandonar prontamente este actual mundo de sombrías incertidumbres.
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