'Violencia de género'
Las palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen sexo (y no género). En español no existe tradición de uso de la palabra género como sinónimo de sexo; pues anda que si llega a tenerla…
Desde hace aproximadamente unos veinte años vengo refiriéndome a este sintagma de 'violencia de género', vivamente interesado en modificar planteamientos tan distorsionados e incoherentes como ... los que integra en cualesquiera de sus aspectos y con la esperanza de que la lógica y la congruencia reconducirán la situación a la normalidad pero constato desazonado que cada vez la situación presenta menos sentido porque los intereses se ofrecen más desproporcionados y copan las situaciones a que se suman los interesados sin el mínimo pudor fuera del lucro y la renta descarada.
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El Gobierno de España presentó un Proyecto de Ley Integral Contra la Violencia de Género que llevó a la Real Academia Española a elaborar un Informe sobre el aspecto lingüístico de la denominación, incorporada ya de forma equivalente en las Leyes 50/1997 y 30/2003 al hablar de impacto por razón de género. Este texto aborda el debate lingüístico desarrollado en España en torno al título del proyecto de ley –Ley orgánica integral de medidas contra la violencia de género– aprobado el 25 de junio de 2004 por el Gobierno español. La presencia de la expresión violencia de género en la denominación de la ley ha provocado una intensa polémica que enfrenta a académicos de la lengua con colectivos principalmente feministas. Mientras que los primeros abogan por el cambio del término, los otros defienden a ultranza su uso.
La palabra género tiene en español los sentidos generales de 'conjunto de seres establecido en función de características comunes' y 'clase o tipo': 'Hemos clasificado sus obras por géneros'; 'Ese género de vida puede ser pernicioso para la salud. En gramática significa 'propiedad de los sustantivos y de algunos pronombres por la cual se clasifican en masculinos, femeninos y, en algunas lenguas, también en neutros': para designar la condición orgánica, biológica, por la cual los seres vivos son masculinos o femeninos, debe emplearse el término sexo. Es decir, las palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen sexo (y no género). En español no existe tradición de uso de la palabra género como sinónimo de sexo; pues anda que si llega a tenerla…
La expresión 'violencia de género' es una traducción literal de la inglesa 'gender violence' y este enunciado no es adecuado en español
La expresión 'violencia de género' es una traducción literal de la inglesa 'gender violence' que se difundió a raíz del Congreso sobre la Mujer celebrado en Pekín en 1995. Con esa expresión se identifica la violencia tanto física como psicológica que se ejerce sobre las mujeres por razón de su sexo. Pero resulta obligado preguntarse si este enunciado es adecuado en español, y la respuesta, con criterios lingüísticos, es rotundamente no.
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Aspecto de la mayor relevancia sintáctica es la consideración de la inclusión de los dos géneros en el masculino. Porque al español le ocurre, como Rodríguez Adrados nos recuerda con el Indoeuropeo, que inventó el género así hace unos 5.000 años. Y el español, y antes el latín, por ser una lengua de esa consideración, por ser ése su origen, así lo utiliza también. No se busque en las transgresiones lingüísticas instrumentos para luchar por la justicia social. El masculino genérico no es un invento para molestar a las mujeres; es un resto de la época pregenérica del Indoeupeo.
El español es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes y también ocupa el mismo lugar en el cómputo global de hablantes. Por razones demográficas, el porcentaje de población mundial que habla español como lengua nativa está aumentando, mientras que la proporción de hablantes de chino e inglés desciende. Siempre se ha tenido por axioma aceptado y altamente prestigiado el que se refiere al lenguaje como el mayor tesoro en posesión del género humano por ser instrumento de comunicación así como de expresión del pensamiento. La evolución del lenguaje en el presente, sin embargo, se viene mostrando vertiginosa en el sentido contrario de la desconsideración de nuestro instrumento común de expresión y el creerse facultados algunos humanos con poder y malquerencia interesada al uso de todo tipo de atropellos a las ciencias del lenguaje.
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No puede la desidia de muchos ni la inconsciencia irresponsable de tantos otros atentar contra el tesoro de la expresión del lenguaje común porque estas normas son la garantía, la mayor fuerza aglutinante de la unidad del idioma que hacen del español una de las mayores lengua universales, la de 'El Quijote'. Somos como pensamos. Pensamos con palabras, y según sean estas en número, calidad y adecuada escritura así será nuestro pensamiento. Sin palabras no hay conceptos ni realidad comprensible. De todo punto innegable es la relación indisoluble entre pensamiento, lenguaje y desarrollo de la inteligencia. Querer ignorar que las lenguas son las más democráticas instituciones sociales y creer que en su formación y evolución pueda intervenirse por real decreto y por particularismos interesados, tal vez sea el mayor disparate que se haya ofertado a los ciudadanos para que voten y mantengan en el poder a un partido. No creo que los ciudadanos, llamados ahora ciudadanía, acepten, en definitiva, tanta incongruencia.
Esta es la norma común, conocida por todos, implícita o explícitamente, y usada por los 22 países de habla española, como lengua propia, de América y Filipinas, a la que las 22 academias, con funciones notariales, de refrendo y consejo, no como inventores caprichosos, dan esplendor; esta es la lengua que se ha constituido en un idioma universal con cerca de 600 millones de hablantes. Y somos los hablantes, los usuarios de esta lengua común, los protagonistas de mantenerla.
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