Sobran incendiarios, faltan pacificadores
Puerta Real ·
A lo largo de la pandemia ha habido fallos que habrá que analizar, pero lo urgente, ahora, es ir unidosJuan Santaella
Granada
Miércoles, 21 de octubre 2020, 23:31
Al mundo entero, asediado por una pandemia tan agresiva, le está costando trabajo controlarla. En España, además de los fallos de los Gobiernos, la virulencia ... política, la agresividad de medios de comunicación y redes sociales, y ciertas imprecaciones ciudadanas, solo pretenden buscar culpables, y criminalizarlos, en lugar de colaborar.
En esta guerra contra el virus, muchos se han dedicado a contar muertos, para desacreditar al contrario. Deberán dilucidar a quién se adjudican éstos, pues son de diferentes territorios, y en cada uno hay gobiernos diversos. El Teniente Fiscal del Tribunal Supremo, Luis Manuel Navajas, no ha encontrado delito criminal en las múltiples querellas presentadas contra el gobierno del Estado. Las dirigidas contra las comunidades autónomas, correrán la misma suerte, supongo. Ningún gobierno pretende matar, sino salvar vidas.
En España, hay comunidades y personas responsables que están siguiendo, en esta segunda ola, las directrices de la interterritorial de sanidad; así, Castilla León (PP y Cs) cerrará esta semana Burgos y Aranda de Duero, y ha cerrado ya Palencia, León y Salamanca. También la Junta de Andalucía ha confinado ya varias localidades en nuestra tierra. Frente a ellas, la Comunidad de Madrid, una de las más contaminadas de Europa, está utilizando la pandemia para oponerse al Gobierno de la nación. Cuando la coordinación la ejercía el gobierno, hablaba de dictadura y exigía pasar de fase sin corresponderle, causa por la cual dimitió su directora general de Salud Pública. Tras el confinamiento, ni ha reforzado la atención primaria, ni ha puesto a los rastreadores necesarios, ni ha hecho las pruebas PCR prometidas, ni toma las medidas de aislamiento adecuadas, y, cuando actúa el gobierno, protesta y habla de caos. ¡Qué diferencia con la alcaldesa de París, Anne Hidalgo (socialista), quien, al declarar Macron (liberal) el toque de queda para su ciudad, se adhiere y pide responsabilidad y acatamiento a los parisinos.
En Granada, nuestra rectora, Pilar Aranda, que ha salvado el aula de mayores, ante la desidia de la Comunidad Autónoma (la creó ella siendo vicerrectora de estudiantes con Morillas), ahora ha demostrado una enorme responsabilidad: Al cerrársele la Universidad sin su conocimiento, exigió respeto a la autonomía universitaria, y dejó claro que la Universidad de Granada, de tanto prestigio internacional, no es la culpable de las desorbitadas cifras de contaminación en Granada, pues en sus aulas, laboratorios y bibliotecas se guardan las reglas. Pero, como no quería generar conflictos, «acataba la decisión del Gobierno de la Comunidad», exigiendo que fuesen diez días y no catorce, y que las prácticas y los laboratorios siguieran funcionando.
A lo largo de la pandemia hemos visto que han fallado muchas cosas, que habrá que corregir, pero lo más urgente es lograr la unidad: que, en adelante, todos los consejeros discutan las medidas necesarias en la interterritorial de sanidad, y que se comprometan luego a aplicarlas en sus territorios. Unidos somos más fuertes. Enfrentados es muy difícil controlar y eliminar el virus.
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