Resistencia al cambio

Precisamente frente al inmovilismo surgió la iniciativa Cambiamos Contigo. Una iniciativa acompañada de abrazos, ganas de compartir, de unir y de trabajar con pasión por la psicología. Una iniciativa compuesta por un grupo diverso y variado con una postura crítica con la labor de un Colegio que no nos representa, un Colegio que nos ha abandonado. Luchamos unas elecciones y por fin hemos conseguido que se vote.

Qué bonito pensar que diferentes profesionales se hayan unido para alzar la voz y pedir democracia, qué bonito. Pero ahora bien, digamos que desde que iniciamos el cambio, nos han convertido en el 'enemigo' en vez de vernos como colegas de profesión que queremos lo mejor para nuestra profesión; digamos que nos encontramos ante una campaña organizada para intentar derribar al 'enemigo' a golpe de tuits, cuestiones personales y acrobacias lingüísticas en vez de propuestas; digamos que nos cierran puertas y sellan todas las ventanas negándose a un debate público donde expongamos nuestro proyecto de Colegio; digamos que la transparencia y la igualdad de oportunidades quedan preciosas en el papel pero que están completamente ausentes en la realidad.

Nos encontramos ante un berrinche del poder estable y acomodado a lo largo de los años frente a un posible cambio. ¿Por qué ese berrinche? ¿Pérdida de privilegios? Puede ser una de las razones, y precisamente es dónde encontramos el problema. ¿Desde cuándo dirigir una institución como la nuestra ha sido entendida como un privilegio en vez de como una gran responsabilidad?

No quiero en el poder, hablando en nombre de todas las personas que conformamos esta preciosa profesión, a unas personas que nos venden con su inacción; que generan beneficios en vez de comunidad; unas personas cuyas palabras violentan y humillan a los que representan. Ese mismo colectivo por el que tienen que trabajar es atacado por ellos una y otra vez.

La psicología no se vende a los intereses de unas pocas personas y queremos renovar la institución para que vuelva a estar al servicio de la comunidad, al servicio de las personas que conformamos la misma, las psicólogas y los psicólogos. Me permito y me tomo la libertad de citar a Pedro Zerolo: «En su modelo de sociedad no quepo yo, en el mío sí cabe usted. Pensé que entre ambos habría un punto de encuentro...», ya que en nuestra propuesta de colegio entran nuestras compañeras y compañeros de la otra candidatura, sin distinción; parece que en su propuesta, y así nos lo muestran con sus acciones, nos cierran más puertas e insisto, el Colegio es de todas y de todos.

Tenemos que dar ejemplo como profesionales de la psicología, y en este proceso electoral hace falta empatía, asertividad, tolerancia a la frustración, gestión emocional y flexibilidad ante el cambio. Si el actual decano en funciones y decano durante los últimos 30 años conociese bien la realidad de nuestra profesión, sabría que la psicología es clave para trabajar estos (y muchos más) aspectos conflictivos que pueden dificultar su relación con el entorno. Ante esta vergüenza electoral, llena de baches, obstáculos y persecución, seguiremos en nuestra línea de respeto, compañerismo y construcción de un colegio y un espacio mejor.

Nos encaminamos a afrontar un nuevo día, qué será lo que este «maravilloso, transparente y limpio» proceso de elecciones nos deparará hoy. Hagan sus apuestas, compren palomitas, pónganse cómodos y disfruten de este espectáculo.