Marchaos. Iros. Piraos. ¡Fuera de aquí! Así me imagino a Moreno Bonilla, el domingo. ¡Si me queréis, irse! Porque vino la plana mayor del PP ... nacional a echarle una mano en su congreso regional… y vaya si se la ha echado: ¡al cuello!
Tras el rifirrafe entre Ayuso y García Egea a cuentas de la libertad, le llegó el turno a Casado. ¡Menudo fin de semana se ha marcado en Granada! Para no olvidarlo. Ni olvidarle. Lo de la misa en recuerdo de Franco es algo tan inenarrable que no se le habría ocurrido ni al mismísimo Berlanga. De hecho, todo parece un homenaje al cineasta en celebración de su centenario.
«De todos los bares del mundo, en todos los pueblos del mundo, ella entra en el mío», se lamentaba Bogart en 'Casablanca'. ¿Habrá iglesias? ¡Pues toma del frasco! Al Sagrario, en plena conmemoración de Francisco y José Antonio.
Tiene bemoles que Granada sea una de las once ciudades en las que todavía se celebran misas como esa. ¿Y lo del chavea que se fotografió con Casado? ¿No es para reflexionar que haya veinteañeros en esos conciliábulos? Uno piensa que es cosa de nostálgicos desdentados y se encuentra a un pollo pera que lo mismo ha nacido ya en este milenio.
Y luego, lo de Lorca y la pena de ser ciego en Granada. ¡Ele! Le faltó a Casado atribuirle al poeta las lágrimas de Boabdil. Vaya papelón ha hecho en Granada el candidato popular a presidente del Gobierno. La forma en que su equipo prepara y planifica sus actos, públicos y privados, resulta inquietante.
La del PP ha resultado una extraordinaria convención… para Juan Espadas y el PSOE. ¡Qué regalazo! Ni en sus mejores sueños habrían imaginado tal cúmulo de despropósitos. Con lo tranquilico que estaba Juanma, hay que ver la que le han liado los suyos.
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