'Perroflautas' y 'maricones'
Huesos de aceituna ·
Ha sido salir por la puerta la seria y 'aburrida' Manuela Carmena y entrar el gracejo castizo y 'torrebrunesco' de José Luis Martínez-AlmeidaJosé Luis González
Sábado, 6 de julio 2019, 00:44
Jajajajajajajaja. ¡Qué dicharachero el flamante alcalde de la capital del Reino! Yo es que me mondo, me corto y me troncho. Ha sido salir por ... la puerta la seria y 'aburrida' Manuela Carmena y entrar el gracejo castizo y 'torrebrunesco' de José Luis Martínez-Almeida. Todo un trabajador de los pies a la cabeza, distancia sideral la que separa uno y otro extremo de su cuerpo a juzgar por el concepto que el primer edil madrileño tiene de sí mismo, por lo visto inversamente proporcional al que admite de los demás. Habrá que instalarle un espejo en su despacho, aunque no lo permitirá siguiendo -echo a volar mi imaginación- el consejo y el ejemplo de su padre político, José María Aznar. Así que, sin espejos y -sigo imaginando- con enormes berlinas en sus garajes, acordes con sus desmedidos egos.
Porque, ¿qué tipo de personaje público -político, en este caso- sería capaz de pronunciar los comentarios de Martínez-Almeida como consecuencia de las protestas de Greenpeace a cuenta de la demolición de 'Madrid Central'? Los miembros de esta organización ambientalista montaron a comienzos de semana algunos piquetes informativos por la moratoria a las multas de 'Madrid Central' y cortó por unas horas la entrada a esta área desde la calle Alcalá. Por la tarde, el alcalde aseguró sentir «envidia» del tiempo libre dispuesto por los activistas, mientras «nosotros, como tenemos que trabajar, tenemos que sacar los asuntos que tenemos a los ciudadanos, no tenemos el tiempo libre para sentarnos ahí y encadenarnos como hacen ellos», matizó haciendo gala de un singular don de palabra. Hay que ver lo holgazanes e indolentes que son estos 'perroflautas'. Si no fuera por nosotros, los trabajadores, este mundo dejaría de girar. Es verdad que en el futuro puede ser que lo haga porque se derritan los casquetes polares, porque la capa de ozono desaparezca o porque las tierras desérticas se abran paso hasta nuestro acomodado rincón del mundo. Pero todo esto debe ser mentira podrida, a juzgar por la matraca tuitera del 'emperador' americano. Así que, palabra de Dios.
Después, el mandamás madrileño apostilló con 'fina' ironía que los de Greenpeace «deberían saber que a más atascos más contaminación, por tanto cuanto más tiempo estén, más restricciones de tráfico están causando y más contaminación van a causar». ¡Qué gracia tiene, el 'joio'! Supongo que igual pensará de la lucha obrera con la que se alcanzaron los logros laborales y sociales de los que gozamos hoy día, y que, por otra parte, se nos escapan entre los dedos, disueltos por la malnacida reforma laboral y esa indolencia colectiva que ha dado lugar a que semejante personaje alcance la alcaldía de una de las capitales más importantes de Europa. Sustituyendo además a una mujer tan intachable como Manuela Carmena.
Pero claro, ha contado con el apoyo de quienes son peor que él. Como muestra, un botón. Esa señorona de la extrema derecha llamada Rocío Monasterio -desde el altavoz que le han dado los votos, no lo olvidemos-, ha dicho, también esta semana, que la fiesta y el desfile del 'Orgullo' es «denigrante' y 'caricaturesco' y que 'cuando una madre y un padre salen a la calle del portal de su casa, no tienen por qué encontrarse con ese espectáculo» en el que se «denigra la dignidad de la persona», y donde hay exhibiciones poco decorosas y «actos explícitos sexuales en la calle». Por lo visto, para la señora Monasterio un beso gay, así como la celebración y la alegría de sentirse libre en el amor siguen siendo asuntos sucios; dignos de encerrarse en un armario, en un puticlub o en una sacristía. Donde antes se escondían, en definitiva.
Resumir esta pieza de hoy, desde las meninges de estos dos políticos que refiero, se puede resumir así: «entre 'perroflautas' y 'maricones', ¡cómo está Madrid!». Por lo visto, no sienten incomodidad alguna con el hecho de que, este mismo año, la capital haya acogido a decenas de miles de los argentinos más 'bestias', los futboleros de Boca y River; que también haya sido sede de la final de la Champions entre dos equipos que dan cobertura a los otros 'bestias' de este lado del charco, los hoolingans británicos; o que haya presenciado las acumulaciones de 'fachas' más importantes de los últimos lustros en celebraciones y manifestaciones varias, emperifolladas con aguiluchos sobre banderas rojigualdas y aderezadas con despiadados insultos a políticos 'progres', instituciones democráticas y, como no, al 'lobby gay'. Pues yo, desde aquí, sigo animando a las ONG's humanitarias y ambientalistas –los 'perroflautas'- y al colectivo LGTBI+ -los 'maricones'- para seguir en la lucha. Como vemos, no hay duda de que siguen sobrando los motivos.
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