El 'Milagro de Dalías': un tesoro oculto
«Su hallazgo no solo supuso el descubrimiento de una nueva especie para la Ciencia, sino también un nuevo género, hasta la fecha monoespecífico, que lleva el nombre del término municipal en donde se localizó»
Con este singular nombre no nos referimos a ningún evento sacro, pero si a un evento que biogeográficamente es un milagro. Nos referimos a un ... escarabajo que vive en algunas cuevas de la Sierra de Gádor, se trata de Daliat mirabilis. Este singular insecto fue encontrado durante un estudio, realizado para conocer la fauna subterránea en cuevas almerienses. Su hallazgo no solo supuso el descubrimiento de una nueva especie para la Ciencia, sino también un nuevo género, hasta la fecha monoespecífico, que lleva el nombre del término municipal en donde se localizó.
Publicidad
El Departamento de Biología y Geología de la Universidad de Almería, en colaboración con el Espeleo Club Almería (ECA), lleva 30 años prospectando y estudiando la fauna subterránea de la provincia de Almería mediante el desarrollo de diversos proyectos de investigación. La joya de la corona fruto de estos estudios es el mencionado escarabajo. Se trata de un insecto completamente oscuro de algo más de un centímetro de longitud, ciego, sin alas, con unas mandíbulas tremendamente desarrolladas y perfectamente adaptado a la vida en las cuevas. Lo que confiere especial singularidad a este insecto endémico, además de sus caracteres anatómicas que lo diferencian de otras especies y géneros de la subfamilia a la que pertenece (Precogmenatinae), es su localización. El género Daliat tiene sus parientes más cercanos en Sudáfrica y las Montañas Rocosas de California en Estados Unidos, por lo que su localización en las cuevas almerienses supone un desafío biográfico.
Hay que remontarse al jurásico para poder conectar los antepasados de Daliat mirabilis con sus parientes africanos y americanos, y suponer que éstos permanecieron en zonas muy antiguas de la península desde donde colonizaron las relativamente recientes formadas Sierras Béticas.
Este relicto biológico no está solo en las cuevas de la Sierra de Gádor, tiene la compañía de otras especies endémicas y también singulares. Durante todos estos años de exploraciones hemos ido descubriendo muchas especies cavernícolas de diversos grupos de artrópodos, como arañas, ciempiés, escarabajos, grillos y otros grupos menos conocidos como colémbolos, dipluros o palpígrados. Los nombres de algunas de estas especies también aluden a su origen en nuestra provincia, como Eukoenenia gadorensis, Plusiocampa gadorensis, Coletinia virgitana, etc. O el escarabajo recientemente descrito del medio subterráneo superficial Gadorthomus barrancoi.
Publicidad
La fauna cavernícola posee adaptaciones particulares a un medio tan estricto como es el medio subterráneo. Se consideran especies extremófilas que viven en ausencia de luz, en un ambiente que carece de estaciones y en el cual, a cierta profundidad, las condiciones de humedad y temperatura son bastante estables, pero hay muy poca comida.
Este alimento, por lo general, procede de materia orgánica que arrastra el agua que se filtra o circula por el subsuelo; y también del guano que proporcionan los murciélagos, a partir del cual se genera una cadena de organismos descomponedores y sus depredadores. Un gran número de artrópodos que viven en el medio subterráneo, se han adaptado tanto a él que no pueden sobrevivir fuera del mismo y muchos de ellos presentan caracteres comunes propios. En general son ciegos: no les hacen falta los ojos porque en las cuevas la oscuridad es permanente; son patilargos: a apéndices se alargan para proporcionar mayor estabilidad y son blanquecinos: no necesitan pigmentos para protegerse de la luz solar. Todo lo expuesto, confiere a la fauna cavernícola una excepcionalidad que no deja de fascinarnos para que sigamos estudiándolos. Si bien el medio en el que habitan también es hostil para nosotros y de difícil acceso.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión