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Operación plato reluciente

jesús lens

Miércoles, 26 de octubre 2022, 09:25

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El viernes podrán leer en el suplemento Gourmet de IDEAL una entrevista con Inma Bonet, periodista granadina radicada en China. Tuvimos una conversación larga y ... bien despachada en el Valenzuela y tocamos temas no estrictamente gastronómicos que no me resisto a compartir con ustedes. Cuando Inma llegó a Pekín en 2015 le preocupaba enormemente la contaminación. Al bajar del avión: ¡zas! La primera en la frente. La saludó un cielo completamente azul. Ese que llevamos sin ver en Granada desde hace dos semanas, como quien dice. El gobierno chino se ha tomado muy en serio el tema y, aunque sigue siendo un gran emisor de gases, sobre todo en determinadas ciudades industriales, la cosa ha mejorado. Será que Soros y la Agenda 2030 tienen conexión directa con el Partido Comunista y con Xi Jinping, cuyo hieratismo hiela la sangre, por cierto. ¿Le vieron mover una ceja mientras su antecesor en el cargo era purgado a la vista de todo el mundo, literalmente hablando? No se andan con chiquitas, los chinos…Otra iniciativa exitosa: la campaña del plato vacío. El creciente desahogo económico de millones de ciudadanos, sobre todo en los entornos urbanos, fomentaba el despilfarro alimentario: para quedar bien a la hora de invitar tenía que sobrar comida. «Si te lo comías todo, algo que en España se celebra, allí era un insulto. Como si no te hubieran servido suficiente y te hubieras quedado con hambre», contaba Inma. De ahí que los banquetes fueran pantagruélicos y se tiraran toneladas de comida. Con la referida operación del plato vacío o reluciente, impulsada en las redes sociales chinas, se produjo un importante cambio de mentalidad y llevarse los restos de una comida a casa ya no veía como un signo de pobreza o mala educación.

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