8M, como siempre
«Dejemos que cada mujer, fémina o comadre se exprese libremente como considere y aplauda las medidas trascendentales aprobadas en las recientes leyes 'trans' y del 'sí es sí' como considere. Y si disiente, también»
Marta Soler
Periodista
Jueves, 7 de marzo 2024, 23:31
El movimiento feminista no está dividido. El movimiento feminista sigue defendiendo lo mismo de siempre, la igualdad real entre hombres y mujeres. Como en todos ... los colectivos existen opiniones convergentes y divergentes, pero esto no debe ser motivo para dinamitar todo lo trabajado hasta ahora. En las manifestaciones por el Primero de mayo cada sindicato porta su pancarta y existen diferentes sindicatos porque, pese a que cada uno de ellos defiende la calidad en el empleo, después pueden compartir o no las diferentes gamas de grises existentes para conseguir ese objetivo. Igual sucede en los sectores educativo y sanitario. Recientemente, en este último se han celebrado elecciones sindicales y concurrían diferentes colectivos con diferentes programas porque, nuevamente, se coinciden en unas cuestiones y en otras, se discrepa. Sin embargo, todos los sindicatos agarran su pancarta y acuden el día señalado en el que se convoca una manifestación para defender el sistema sanitario público. Que no lo toquen.
Eso mismo creo, en mi opinión, que debería ocurrir el 8M, día en el que todas y todos debemos defender que no nos toquen nuestros derechos, que no demos un paso atrás y que sigamos avanzando en nuestras libertades como mujeres miembros de una sociedad que aún no es justa con nosotras ni nos trata como a la otra mitad de la población, la que se aferra a sus privilegios utilizando todo tipo de artimañas, incluidos los intentos de desunir y ensombrecer al colectivo feminista.
Sin embargo, nuevamente, habrá dos convocatorias diferentes abanderadas por dos colectivos feministas diferentes que, pese a converger en muchas cuestiones, han decidido que es más fuerte lo que les separa, aunque sea menos. ¿Debilidad o fortaleza? No lo sé. Nos separará el recorrido, pero no las afinidades. Muchas de ellas, y es una pena. Preferiría que mañana fuéramos todos y todas de la mano –o al lado, simplemente- en una misma convocatoria por muchos motivos. Mediáticamente, la imagen es más potente, pero creo que es más importante el que, precisamente, podamos aprovechar ese día para dialogar, para cohesionar y para tratar de respetar voluntades. Sobre todo, esto.
Estamos pidiendo que nos respeten, practiquemos el mismo lenguaje. Dejemos que cada mujer, fémina o comadre se exprese libremente como considere y aplauda las medidas trascendentales aprobadas en las recientes leyes 'trans' y del 'sí es sí' como considere. Y si disiente, también. El feminismo y la intransigencia son como agua y aceite; nunca se van a dar la mano.
Hay quienes se han impuesto líneas rojas y han de saber que el 8M se puede gritar por la abolición –o no- de la prostitución, por la permisión –o no- de los vientres de alquiler, y por otras miles de cosas, pero también están sobre la mesa la brecha salarial, los techos de cristal, las medidas transversales con perspectiva de género, los presupuestos en Igualdad y Mujer que no se ejecutan, los insultos a colectivos de mujeres, las violaciones, los asesinatos y límites que nos sigue imponiendo la sociedad. Confío en vernos juntas el 25N.
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