Allá por la década de 1980 surgió en Estados de Unidos una especie de ideología política, de nombre 'Nativismo', que defiende y privilegia a los ... individuos autóctonos y sus intereses y rechaza la llegada de inmigrantes extranjeros a los países del llamado 'primer mundo', un pensamiento excluyente que las ideologías de extrema derecha han adoptado con una especie de entusiasmo. Una de las consecuencias de esa manera de pensar es el rechazo a los inmigrantes que buscan nuevos horizontes para sus vidas, considerándolos como una amenaza para los países del primer mundo, considerándolos los causantes de los males en nuestras sociedades. Es una enorme injusticia pensar que los que vienen de fuera están cargados de vicios, malas costumbres, extrañas creencias que ponen en peligro las vidas de los nuestros.
El caso es que en la mayoría de tales sociedades la población con mayor frecuencia más muestra el envejecimiento y por lo tanto la dificultad para llevar a cabo oficios necesarios para la vida de todos. De hecho, en nuestro país, desde hace tiempo, cada vez es más difícil encontrar gente dispuesta a hacerse cargo de los trabajos propios del campo, hasta los oficios relacionados con los transportes, sin olvidar los de la construcción o la hostelería, por poner algunos ejemplos. Parto de la base de que nosotros los españoles somos un poco más sensatos que los que profesan el egoísmo del nativismo, pero no estamos a salvo de que surjan grupos como los que ya hacen ruido en varios países europeos y, lo que es peor, en la sociedad de los bulos, se crean todas las patrañas sobre la peligrosidad de los inmigrantes y demás males que les asignan.
Para evitar un vuelco negativo, que podría producirse, apenas la economía acuse los efectos de las turbulencias internacionales, ya están surgiendo estudios, que avisan sobre la necesidad de que se elaboren estrategias por parte de las administraciones, para abordar los llamados flujos inmigratorios y cómo gestionarlos, teniendo en cuenta que España es actualmente el segundo destino migratorio más importante de la UE acaparando un 17% del total de las entradas, por detrás tan solo de Alemania que representa un 31%, según el Eurostat 2024. Y ya están apareciendo señales preocupantes en las estadísticas, que indican que la proporción de españoles que perciben un trato preferente hacia los inmigrantes en comparación con los nativos, es decir, el nativismo, podría incrementarse todavía más. Ya en 2020 ascendió al 45% desde el 20% anterior.
A la vez, es inevitable reconocer que la situación positiva de los indicadores económicos se debe a la intervención de los trabajadores inmigrantes en numerosos campos de actividad. Como ejemplo positivo, tenemos el de la campaña del espárrago en Loja, donde el 40% de los mil trabajadores de la cooperativa los Gallombares son de diversas nacionalidades, como narraba Mercedes Navarrete en Ideal el otro día. Argelia, Marruecos, Senegal, Rusia, Venezuela, Argentina. Una vez más la unión y la diversidad conviven en paz.
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