Hace falta un pacto

Da la impresión de que, en lugar de avanzar en la erradicación de tan terrible enfermedad social, vamos hacia atrás, a juzgar por los datos que recogen las investigaciones sobre el asunto. Son muchos los indicadores que señalan que no vamos en la buena dirección, partiendo de la base de que los números de las muertes apenas descienden. No me resisto a mencionar algunos ya muy evidentes: cómo abundan los casos de tratos violentos entre los adolescentes, que encima justifican los motivos que les llevan a tales conductas; cómo los jóvenes aprenden del porno más duro y agresivo las conductas sexuales; cómo las 'manadas' de depredadores se nutren de chicos muy jóvenes, que salen a 'cazar'… Estos datos y otros más siguen señalando que este no es un problema que sea fácil solucionar, pues, como las hidras de los mitos antiguos, tiene muchas cabezas y muchos tentáculos, es decir muchas causas y efectos de todo tipo y se necesita mucha voluntad y la intervención de muchos especialistas para abordarlas.

Mientras tanto cabe preguntarse qué estamos haciendo. Quizá no es poco, pues hay colectivos que hacen lo que pueden en muchos ámbitos, pero a todas luces es insuficiente. Sobre todo, porque las personas comprometidas de verdad tienen que luchar con los negacionistas que están surgiendo en algunos innombrables partidos políticos, que hacen todo lo posible para que no se considere este como un caso que requiere un pacto de estado, como se ha intentado varias veces, sin éxito. Por si esto fuera poco, quienes lo tienen claro también se han dividido y una meta que había unificado a la lucha por la causa de las mujeres, más allá de siglas o partidos, he aquí que no paran de mostrar sus diferencias, con un afán de protagonismo digno de mejor causa. Vale, el día 25 mucha gente ha salido a la calle, a manifestarse con llamativas pancartas, pero la desunión del feminismo se hace cada vez más evidente, ante la sonrisa malvada de los negacionistas, los y las machistas, manadas, maltratadores y demás Mientras tanto, da la impresión de que las medidas que se han intentado implementar no resultan ser tan eficaces, e incluso hay quienes consideran que facilitar las denuncias por parte de las víctimas, o las órdenes de alejamiento de los maltratadores en muchos casos aceleran los procesos que acaban en muertes. No es fácil, no. Ya digo, hace falta un pacto de estado. Pero ¿sería posible?