'Spanische Allee'

No son habituales en Europa referencias tan nítidas a España. Lo que sorprende es el origen del nombre. Fue puesto por los nazis, para celebrar la intervención hitleriana en la guerra civil española. Se le bautizó así al regresar a Alemania las tropas que habían combatido en España, en especial la Legión Cóndor, la fuerza aérea que había destruido Guernica y participado en sucesivos bombardeos franquistas.

La expedición 'española' fue recibida con entusiasmo nazi, desfile triunfal y fiesta popular. El 6 de junio de 1939 se conmemoró a la 'armada española' que había masacrado a la República española en nombre del fascismo. El régimen franquista envió a los generales Queipo de Llano y Yagüe, que seguramente entenderían como un honor estar en la tribuna junto a Hitler y Göring. «Alemania saluda a sus voluntarios, que regresan después de haber participado en la Cruzada española», tituló la prensa española. El discurso de Hitler estremece: «Estoy orgulloso, y lo está el pueblo alemán, de vosotros, mis camaradas, que habéis sabido portaros, al lado del Ejército español del Generalísimo Franco, que ha luchado por la libertad de su pueblo».

Esa es la historia de una denominación que subsiste en un país (Alemania) que se tiene como escrupuloso en la liquidación de referencias públicas de resonancias fascistas. No nos ha tocado. La designación hitleriana que ensalza la participación alemana en la guerra civil ha sobrevivido a los procesos de desnazificación y colaboración democrática en la Unión Europea. Es verdaderamente sorprendente.

No ha sucedido así por descuido o distracción. En las últimas décadas ha habido solicitudes de cambiar el nombre. No lo han considerado pertinente, entendiendo que el nombre ha perdido su primera evocación. Lo han 'resignificado' con una discreta 'Guernica Platz' a modo de compensación exculpatoria. Visto desde fuera, se diría que la alusión a Guernica refuerza en la memoria la acción de la expedición nazi a España.

Suele ser una actitud española frecuente cuando se encuentra un nombre franquista asegurar que eso en Europa no se aguantaría. Pues no está tan claro. Basta darse una vuelta por Roma para encontrarse con menciones a Mussolini, porque algún teatro se construyó siendo 'Mussolini Duce'. Incluso sobrevive un obelisco que lo conmemora con la leyenda 'Mussolini Dux'. Pesa 300 toneladas el recuerdo.

Gustará más o menos, pero el tratamiento de la memoria histórica tiene distintas posibilidades, no siempre la opción obsesiva de buscar relaciones indirectas con la dictadura. Cabe imaginar que algo del pasado incómodo puede quedar, ya que es imposible hacerlo desaparecer por la vía de no mencionarlo. Siempre que la referencia no sea glorificación, ensalzamiento o recuerdo de alguna brutalidad vergonzosa.

La Spanische Allee de Berlín entra en esa categoría. Recuerda la barbarie y la agresión a la democracia.