Último puente del año para relajarse un poco, desconectar y reponer fuerzas de cara a unas navidades más normales que las anteriores. Eso esperamos todos ¿ ... verdad? Por lo pronto no hay restricciones y las vacunas han hecho su efecto. Sin embargo, el maldito bicho no nos permite bajar la guardia. Usar la mascarilla y evitar aglomeraciones nos pueden salvar de un mes de enero incierto, por cómo pueda evolucionar la pandemia. Se trata de continuar siendo responsables, sin perder de vista que, aunque hemos avanzado mucho, esta guerra aún no ha terminado. No es fácil mantener las precauciones después de dos largos años de recortes, en los que nuestra vida todavía no ha vuelto a ser igual que antes.
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Las noticias que nos llegan desde el norte de Europa nos indican que en el sur, al menos en España, estamos siendo más responsables. Tantas veces nos han acusado de poner en riesgo la economía de la Unión Europea, por ejemplo, que merece la pena destacar que los bajos índices de vacunación en países como Alemania, Austria o Bélgica nos ponen en riesgo a todos. Tienen un efecto negativo sobre la economía y, lo que es peor, sobre la salud ¿Qué hacemos con esos países en los que sus ciudadanos no están actuando con responsabilidad? ¿Los dejamos sin fondos de recuperación? Al final todo llega, lo que hoy es blanco mañana se torna gris o negro. Por eso no puede existir la UE si no es bajo la máxima de la igualdad y solidaridad entre los territorios. En resumen, hoy por ti y mañana por mí.
La noticia del comienzo de la vacunación para los más pequeños de la casa supone un gran paso y un reconocimiento a quienes mejor llevaron el confinamiento. Los niños, encerrados durante semanas en casa, sin poder salir, asistiendo a clase a través de una pantalla, jugando solos o conectados virtualmente con una cámara y unos cascos para interactuar con sus amigos, se merecen la vacuna y un monumento por su lección de responsabilidad. La vuelta a las aulas ha sido otro ejemplo de su buen comportamiento. Ahora, por fin, se podrán inmunizar y perder muchos de los miedos que llevan dentro, porque, aunque no lo estén repitiendo siempre –en eso también son más responsables que los adultos–, ellos también han pasado lo suyo.
Estamos en la antesala de la Navidad, aunque los mantecados y los turrones llevan desde octubre en los supermercados. No es el mejor momento para ponerse a dieta, por razones evidentes, sobre todo en esta tierra cargada de buenos productos y excelentes cocineros. Es tiempo de entrar y de salir, comidas de empresa, con amigos, cenas en familia, de comprar y recibir regalos, … Podremos hacerlo todo, si nada cambia durante los próximos días, pero hagámoslo con responsabilidad, recordando lo mal que lo hemos pasado para llegar hasta aquí y evitando que haya que dar pasos atrás. Debemos pensar en nosotros mismos, en los nuestros y en todos aquellos profesionales que no quieren volver a trabajar con limitaciones de horarios y mucho menos echar la persiana.
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En Almería ya hay belenes, cacharricos en el puerto –como en la feria hace más de 30 años– y hasta una noria en plena Rambla. Las que vienen con retraso son las luces de navidad. Más vale tarde que nunca. Por lo menos sabemos que este año si que brillarán y que, hasta la fecha, las podremos ver a la hora que queramos, sin toques de queda. Parece que se nos ha olvidado que el año pasado por estas fechas a las doce había que estar encerrados en casa ¡Feliz puente con responsabilidad! La navidad ya tendré tiempo de felicitarla.
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