De la juventud depende
La Tribuna ·
«Hoy, como varias décadas atrás, hacen falta jóvenes comprometidos, que luchen contra el capital que los esclaviza y les condena a una vida precaria»Ana Moreno Soriano
Sábado, 22 de agosto 2020, 23:18
Recuerdo una cita del Nuevo Testamento en la que San Juan escribe a los jóvenes «porque sois fuertes». Son palabras que oí por primera vez ... en el colegio, cuando era adolescente y quería ser joven; la juventud se presentaba como una promesa de futuro, con su fortaleza y su rebeldía y debía ser algo maravilloso, porque mi padre siempre le adjudicaba los versos de Rubén Darío «Juventud, divino tesoro...».
Pasé mi juventud en los años setenta y fueron buenos años, con los ecos del Mayo del 68 Francés y la juventud combativa que convertía lo personal en político y se manifestaba en las calles, expresando sus sueños de libertad e igualdad. En España, eran los últimos años de la dictadura y nos incorporamos a la lucha por las libertades, conscientes de que éramos protagonistas de aquel momento histórico; teníamos por delante todo un mundo por hacer – un mundo que ganar – , donde el amor y la revolución iban de la mano, como en las canciones de Silvio Rodríguez, de Rosa León, de María del Mar Bonet… Los veinte años – no me había engañado – eran eso: fuerza, arrojo, entusiasmo; la convicción de que éramos la sangre desbordada y la juventud atrevida que había cantado Miguel Hernández y queríamos luchar por el presente y por el futuro. Aprendimos marxismo con los cuadernos de Marta Harnecker, nos pasamos de mano en mano muchos libros, asistimos a manifestaciones, a reuniones y conciertos y, cuando terminamos los estudios, empezamos a buscar empleo y nuestros padres, que vivieron su juventud en los años terribles de la postguerra, supieron que la generación de sus hijos iba a vivir mejor que ellos y dieron por bien empleados todos sus desvelos.
En las últimas décadas del siglo XX y en los primeros años del siglo XXI, han nacido los jóvenes y los adolescentes de ahora. Son los chicos y chicas que vieron la luz en un país democrático, en el que ya habíamos conquistado unos derechos, y han vivido en unas condiciones materiales muy distintas a las nuestras: han tenido acceso a la educación, al deporte, a la música, a la danza; han ido a la Universidad y han podido completar sus estudios en el extranjero; aprenden idiomas, viajan y se mueven con soltura; dominan las redes sociales y pueden informarse y comunicarse más que nunca. Les hemos repetido que están sobradamente preparados y la publicidad institucional les ha dicho que pueden elegir lo que quieran, sin advertirles que, en esos mismos años, empezaba el retroceso de las políticas sociales ante la ofensiva del neoliberalismo que todo lo condiciona: nuestros jóvenes miran con perplejidad el mundo que les habíamos prometido porque, en el acceso al empleo, sufren la precariedad y la discriminación de un sistema capitalista agresivo y quizás no son conscientes de quién escribe el guion. Esa perplejidad puede ser la causa de que muchos se refugien en el ámbito privado y no se involucren en retos políticos y sociales, pero, seamos conscientes o no, es la generación que, en lo que va de siglo, ha sufrido más que ninguna las consecuencias de dos crisis: la crisis del capitalismo y la pandemia del coronavirus.
El pasado doce de agosto se conmemoraba el Día Internacional de la Juventud y, en una sociedad simbólica como la nuestra, quizás es un buen momento para reflexionar sobre el papel que pueden y deben desarrollar los jóvenes en el mundo. Hoy, como varias décadas atrás, hacen falta jóvenes comprometidos, que luchen contra el capital que los esclaviza y les condena a una vida precaria; jóvenes generosos, alegres y entusiastas, que construyan alternativas políticas, sociales y económicas, que cuiden la vida del planeta. Seguro que encuentran obstáculos, igual que los encontraron sus padres y sus abuelos, pero deben saber que la juventud siempre avanza y siempre vence… Y, sobre todo, deben ser conscientes de que confiamos en ellos, de que ésta es su hora.
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