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Juegos, los justos

juan de dios villanueva roa

Miércoles, 13 de noviembre 2019, 01:26

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Con el recuento de votos ya concluido, las urnas han vuelto a hablar. En España, salvo Ciudadanos, todos ven luces, aunque salvo Vox, todos tienen ... sombras. Las verdades del barquero duelen y generan la tentación de mirar hacia otro lado. No obstante, el barquero sigue ahí. Pero descentrémonos, y miremos hacia el gobierno andaluz. Queda conformado por dos fuerzas y un apoyo que ha pasado de quinta a tercera fuerza, pero que no tienen sillones en el mando. PP y Ciudadanos, junto con Vox, han perdido en las generales esa mayoría que les permitió desalojar al PSOE del poder hace menos de un año. Esto no sería demasiado importante si no fuera porque Ciudadanos ha pasado a ser un partido casi residual en Andalucía, y sin embargo sostiene un poder fundamental en la estructura de mando. Mientras tanto, Vox, que aparentemente está ahí para ir colando sus iniciativas con la anuencia de los otros dos, pasa a duplicar la representación de Ciudadanos. La cuestión está ahora en que se pueden dar distintas situaciones. La primera es que no pase nada, que los de Abascal sigan igual, cosa que dudo, porque se van a apoyar en unos resultados calentitos que los respaldan. La segunda es que se le dé juego en el gobierno, y vendría a distorsionar lo que hasta ahora hay, en cuanto a equilibrios entre PP y Ciudadanos, pero que en realidad recogería la esencia de quienes allí gobiernan ahora, porque, al fin y al cabo, todos están quedando retratados cada día, y el gobierno andaluz actual fue puesto como ejemplo de lo que los tres querían repetir en España. La tercera opción sería que Vox exija ya al gobierno un papel mucho más relevante, con mando visible en plaza, en igualdad, al menos, que Ciudadanos. Los que eran de Rivera no pueden decir mucho, puesto que han quedado en estado de mantenerse como puedan hasta las próximas elecciones, a ver entonces si caen definitivamente o se quedan, por lo que tendrán que aceptar lo que les dejen. Ellos saben que se lo juegan a todo o nada, y tendrán la tentación de utilizar la institución para demostrar que las urnas no les han dado lo que merecen. Y eso solo lo pueden hacer desde un espacio de poder que se lo permita. La cuestión es si el PP y Vox harán sangre en el aliado caído, sabiendo, o suponiendo, que todo lo que de malo le ocurra en este momento puede ser positivo para ellos. Pero atentos, porque por un lado desde el PP se está viendo que la subida de Vox en Andalucía a ellos les puede perjudicar, se los pueden comer por las patas, por lo que tampoco pueden entrar en el juego de la fagocitación de Ciudadanos; pero es que, por otro lado, con estos resultados, la mayoría la tendrían las izquierdas. Ciudadanos ha perdido medio millón de votos, y Vox se ha quedado a seis mil votos del PP. Juegos, los justos. Y Granada ¡Qué!

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