Y John Lennon se fue hace cuarenta y cinco años
José A. Delgado
Martes, 9 de diciembre 2025, 23:06
Hace cuarenta y cinco años que John Lennon era asesinado por el desequilibrado Mark David Chapman. Fue una noche aciaga del 8 de diciembre de ... 1980: una fecha trágica. «Mi crimen fue completamente egoísta, lo maté por el deseo de ser alguien», dijo este descerebrado. Creo que por su talento, su música y su rebeldía los jóvenes de aquella generación llevamos dentro un poco de él.
Su asesinato se perpetró en la puerta del Edificio Dakota (Manhattan) donde John vivía con su esposa Yoko Ono. Ambos habían pasado la tarde grabando y, tras cenar, volvieron a su casa sobre las 23h. El asesino voló desde Hawai a Nueva York con la intención de matarlo. Mark, un empedernido fan, esperaba a que John y Yoko salieran de su apartamento como cada tarde para que le firmara un autógrafo en un álbum suyo: «Double Fantasy», cosa que hizo. El psicópata no se fue sino que se quedó merodeando por los alrededores del edificio y entreteniéndose leyendo 'El guardián entre el centeno' de J.D. Salinger. De vuelta del paseo, abordó de nuevo a la pareja y cuando ésta se disponía a entrar en el edificio, asestó cinco disparos a quemarropa sobre John: cuatro dieron en el blanco. Subieron al ex Beatle en un coche de policía para llevarlo al Hospital Roosevelt y el agente que lo acompañaba le preguntó: «¿Es usted John Lennon?». La respuesta fue «sí», la última palabra que pronunció en vida. Los médicos no pudieron hacer nada por él dado que ingresó ya cadáver en el hospital. Chapman fue condenado a cadena perpetua y pidió perdón por el dolor causado. En varias ocasiones ha pedido su libertad condicional, pero la junta de libertad condicional de Nueva York, dado que no cree en su arrepentimiento, se la ha denegado, hecho éste que ha ocurrido hasta en catorce ocasiones. En 2027 nuevamente será revisado el caso.
Tres fueron las facetas que John Winston Lennon (la referencia Winston fue un homenaje a Winston Churchill) desarrolló durante su vida: músico, activista y pacifista. Con dieciséis años fundó The Beatles, la mejor banda de rock de todos los tiempos, y para muchos críticos 'Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band' es el álbum más grande jamás editado.
Es cierto que fue un mito –su temprana muerte contribuyó también a ello–, pero un mito melancólico. Detrás de la fama escondía mucha tristeza. Cuando se marchó de casa estuvo un tiempo viviendo con un amigo en otra que ocuparon. Era un lugar inmundo con muebles hechos de maderas recogidas en los contenedores, bombillas fundidas y sábanas agujereadas con las que se arropaban. «No vine al mundo sino al caos, y siempre he estado huyendo de mí mismo como si yo fuera la peste. No he conocido más que el espanto y la droga, desde el LSD y la marihuana a la heroína». Él mismo se definió como un pobre diablo. Abandonado por su madre, apenas veía a su padre dado que era marino mercante; de ahí que se criara con su tía Mimí y su marido George: «Soy alguien a quien se lleva y se trae». Así lo expresaba en una de sus canciones: «Madre, tú me tuviste, pero yo no te tuve a ti. Tú no me querías, y yo sí te quería, así que sólo tengo que decirte adiós. Padre, me abandonaste y yo nunca te abandoné. Te necesitaba y tú a mí no. Así que te dije adiós». Tuvo una hermana, Indrig Petersen, que de repente desapareció de su vida. John pasó mucho tiempo buscándola, incluso poniendo anuncios en la prensa. Cuando ella quiso conocerlo, él ya había fallecido.
Se casó con Cynthia, su primera mujer ya embarazada, y nadie de su familia fue a la boda. A su bebé Julian lo aceptó pero no lo quería; ni siquiera fue capaz de cogerlo en brazos cuando nació. Sin embargo, su comportamiento con su hijo Sean (fruto de su unión con Yoko) fue completamente distinto; quizás porque la relación con Cynthia era muy diferente de la que tenía con Yoko. Su actitud pacifista la puso de manifiesto en sus himnos –que no canciones– All You Needs is Love, Give peace chance o Imagine: «Imagina toda la gente viviendo el hoy. Imagina que no hay países, no es difícil. Nada por qué morir o por qué matar. Y ninguna religión tampoco. Imagina toda la gente viviendo la vida en paz». John Sinclair, activista y figura de la contracultura, fue condenado a diez años de prisión por vender marihuana. Él, Yoko Ono, Stevie Wonder y Bob Seger, entre otros artistas, en 1971 dieron el concierto 'John Sinclair Freedom Rally' ante 15.000 asistentes con la intención de liberarlo. Días después de su celebración lo sacaron de la cárcel tras haber cumplido sólo dos años de la pena impuesta. También llegó a pagar la fianza de muchos negros que estaban en prisión porque ellos no tenían dinero para abonarla. Participó en diversas manifestaciones contra la guerra de Vietnam y llegó a escribirle una canción a Nixon en la que lo llamaba sabueso, mentiroso y llorica. Por todos estos comportamientos, el Gobierno se planteó deportarlo aunque esto nunca ocurrió.
Su encuentro con Yoko fue una anulación de su vida anterior. La conoció en la galería donde exponía. Estaba sola en un rincón y creyó que era una pieza más de la muestra. Siempre dijo que no se enamoró de la mujer sino de su talento. Todo el mundo dijo que Yoko fue la culpable de que los Beatles se separaran. La llegada de Yoko a su vida cambió su modo de ver las cosas: querían ser la señora y el señor de la paz. Se casaron en Gibraltar y a partir de aquí fueron John y Yoko. Así nació 'The Ballad of John and Yoko'.
* La base para armar este artículo ha sido 'Lennon', una biografía novelada escrita por el parisino David Foenkinos, licenciado en letras por la Universidad de La Sorbona.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión