La Policía, investigada

Sería digno de verse. Tras los audios, los registros y el escandalazo; las oposiciones. ¡Sigan, sigan! Como si aquí no hubiera pasado nada. Con un par. Todos los sindicatos han pedido, en buena lógica, que se pospongan los exámenes, dada la gravedad de lo que se está sabiendo. Pero el PP niega la mayor aduciendo razones administrativas. ¡Qué imagen daríamos al mundo! Lo de que todo es posible en Granada en versión corrupción policial. Digno de abrir los telediarios, sin duda. Lo mismo es que, después de los Goya, echan de menos la atención mediática en Plaza del Carmen. ¡Menudo bochornazo!

El PSOE y Vox han pedido, también, la dimisión del jefe de la Policía Local. Y el PP se niega, claro. Que hay que esperar a una sentencia judicial firme. ¡Qué maravilla, para mantener la confianza de la ciudadanía en su Policía, que su cabeza visible esté en entredicho durante meses y meses, si no años! ¿De verdad? ¿En serio?

Siempre que los políticos aluden al riesgo de la pena de telediario y/o a la presunción de inocencia para justificar la no dimisión o cese de un cargo público, me asalta una duda terrible: ¿por qué consideran que la persona está por encima de la institución? No lo entiendo. Cuando ocurre algo tan grave como que la UDEF entre a registrar la sede de la Policía Local no puede ser que no pase nada. Resulta incomprensible. Inadmisible. ¿En serio no es capaz el PP de encontrar a ninguna otra persona que, ante acusaciones tan graves como ésta, asuma el mando de una institución tan básica y esencial como es la Policía Local que, insisto, debe ser un modelo de ejemplaridad para ofrecer confianza y seguridad a la gente?