Las placas de Lorca
Federico por aquí, Federico por allá. Hablan de Federico como si fuera su primo, al que ven todas las semanas en la paella de los ... domingos. Pero ponerle unas placas a los sitios lorquianos en Granada… eso no han sido capaces de hacerlo. Ni los alcaldes ni la alcaldesa. Ni los concejales ni las concejalas de cultura de las distintas corporaciones municipales que han pasado por plaza del Carmen desde la llegada de la democracia. Que ya les vale.
Ha tenido que ser un particular, un artista con sensibilidad lorquiana, pero de verdad, quien se haya liado la manta a la cabeza. Miguel Poveda nos sorprendía con el anuncio de la creación de un espacio cultural dedicado a nuestro poeta más universal en el que fue su domicilio familiar en Acera del Casino. Y además de fotos, actuaciones, etc. han anunciado la colocación de placas en otros lugares vinculados al poeta. Escribo «han» porque Agustín Barajas y Sergio Ávila son los otros dos compañeros de viaje de Poveda en esta encomiable iniciativa. En esta ciudad, el compromiso de los particulares con la cultura es cada vez mayor y más decidido. Frente a la abulia y la dejadez institucional con cuestiones como ésta, son los propios artistas quienes reaccionan y hacen cosas que los políticos deberían haber hecho tiempo ha. De este tema he escrito varias veces. Una, me acuerdo; en caliente, paseando por Triana, en Sevilla, donde la azulejería dejaba constancia de la admiración de sus residentes por toda vecina y vecino ilustre. La más reciente, el año pasado, cuando se anunció el paupérrimo, miserable y menguante presupuesto para el Centro Lorca. «¿Para cuándo una ruta bien señalizada por los lugares lorquianos en la capital, con su mapita, sus placas en las fachadas y su app? Como recurso turístico, además de cultural y educativo. ¿Para cuándo una programación estable del teatro de Lorca en nuestros teatros municipales, auditorios y centros cívicos? De nuevo, como reclamo para el turismo que queremos que pernocte en nuestra ciudad, pero también para uso y disfrute de los nativos, oriundos y vecinos. Usted y yo, por ejemplo», escribía.
Loor y admiración por la propuesta de Poveda, Ávila y Barajas. A falta de iniciativa institucional y política, son los artistas particulares quienes dan un paso adelante. Esperemos que, ahora, envidias y celos no entren en juego, que ya sabemos lo que estila por estos lares.
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