María de Oro
Jesús Lens
Miércoles, 1 de octubre 2025, 00:41
Sí, sí. Se le queda pequeño. Al pabellón de Bola de Oro que llevará su nombre, me refiero. De María Pérez, hablo. Ni la suma ... del Palacio de los Deportes y Los Cármenes sería suficiente para homenajear lo que ha hecho, lo que está haciendo, una de las mejores atletas de todos los tiempos.
Cenábamos en Ruta de Azafrán con la gente de Biotopías y, para traducir al británico Jonathan Kennedy, autor del magistral libro 'Patogénesis' que no me cansaré de recomendarles, nos acompañaba Óscar Jiménez, uno de los mejores intérpretes de nuestro país, recién llegado de la ComicCon San Diego Málaga, donde estuvo con el elenco de 'The Walking Dead'.
Óscar es tan crac que lleva veinte años como traductor oficial de los Premios Princesa de Asturias. Durante la cena hablamos de Coppola, John Banville, Meryl Streep y Martin Scorsese. Y del Princesa de Asturias de los Deportes, de Gebrselassie a los All Black, los Gasol, la selección de fútbol y Serena Williams.
«¡Óscar, el año que viene no vas a poder traducir el de los Deportes!», le dijimos con guasa. Al principio no pilló por dónde íbamos. «¡El Premio Princesa de Asturias 2026 va a ser para nuestra paisana, María Pérez, esa pequeña gran grandiosa mujer de Orce!». Y no va a necesitar intérprete, que siempre habla mariclarillo y se le entiende todo lo que dice.
Sí. María Pérez es (un poco) nuestra. Así la sentimos. Se lo he dicho otras veces. Es una atleta que vive y entrena en Granada buena parte de año. Y que forma parte del ecosistema granadino. De la sociedad, por decirlo en el lenguaje de antes.
Ahí, el trabajo de nuestro compañero José Ignacio Cejudo es esencial. ¿Se acuerdan de aquellos premios IDEALES, cuando María dijo en el escenario que Cejudo empezó siendo 'solo' un periodista, pero que ya eran grandes amigos? En nuestro diario se acompaña a María no solo cuando gana medallas, sino a lo largo de todo el año. En lo más crudo del crudo invierno, cuando el trabajo duro y fuera de foco es capital para los éxitos veraniegos. En esos momentos de dudas existenciales y zozobras emocionales, también.
Qué bonito será ver y escuchar a María Pérez en el escenario del teatro Campoamor, recogiendo un más que merecido galardón que, estoy seguro, le será concedido por mérito y justicia deportivos y humanos.
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