Inteligencia artificial y las zonas oscuras de Granada
Junto a grandes pasos hacia la modernidad, persisten en Granada realidades insoportables. Están por todo el territorio. En la capital y la provincia
Manuel González Martos
Miércoles, 14 de septiembre 2022, 00:54
Felicidades, estamos de ilusión y enhorabuena. En tiempos tan inciertos como éstos, el futuro se nos abre con luces decisivas. Al contrario de lo que ... siempre ocurrió, esta vez sí nos subimos al tren del progreso a la par que nuestro entorno más avanzado, nacional, europeo y mundial. Granada camina con fuerza para consolidarse como polo de ciencia e innovación. Y entre otros efectos sustanciales, este nuevo dinamismo abrirá y reforzará decisivamente la economía local, provincial y regional. Nacen expectativas sólidas, impensables hace poco. Se abren brechas y oportunidades potentes para que Granada deje de estar a la cola de las provincias españolas en renta per cápita, y se aleje de las altas tasas de paro y precariedad que caracterizan a nuestro débil pulso económico.
En el siglo veintiuno, vivimos envueltos en incesantes descubrimientos científicos. Son constantes los avances y los nuevos desarrollos en la medicina, en las tecnologías de la información y la comunicación, en la ingeniería genética, en la nanotecnología o en el campo de los nuevos materiales. Es una revolución imparable que a todos nos afecta. Porque esta imparable dinámica científica y tecnológica, se transciende y produce efectos que determinan en el día a día nuestra gestión del conocimiento y de la comunicación, al tiempo que producen cambios definitivos en la información, en la economía, en el futuro del trabajo, en los horizontes de vida, y hasta en la geopolítica internacional.
En el contexto global del siglo veintiuno, el progreso y el bienestar de las sociedades dependen sustancialmente de su vinculación con la investigación científica y la innovación tecnológica. Y estamos de enhorabuena porque ahora se recogen en Granada los frutos del trabajo sembrado desde hace años por nuestra Universidad en colaboración con lo más dinámico de nuestro sector empresarial, junto al decisivo apoyo institucional.
Recientemente y gracias a este esfuerzo coordinado y compartido, el Ministerio de Ciencia ha adjudicado ya los tres primeros edificios para ese gran proyecto internacional que es el acelerador de partículas, el macrolaboratorio de fusión nuclear que se construirá en Escúzar.
Y otro ejemplo extraordinario de esta dinámica, es el compromiso y la apuesta decisiva para que Granada sea sede y referente de la Inteligencia Artificial a nivel nacional e internacional. Sin duda, este será un un factor diferencial y un motor económico de primer orden de cara al futuro.
Estas dos potentísimas iniciativas son ejemplos claros y concretos de que cuando se suman esfuerzos y se ponen en juego el saber, el poder y el querer, quedan atrás todas las dificultades. Y los objetivos se consiguen por complicados o imposibles que parezcan. Por esto, en tiempos difíciles e inciertos, agradecemos con alegría a nuestra Universidad, a las tres administraciones y a todas las instancias implicadas, su empeño, su coordinación y su empuje compartido para sentar nuevas y potentes bases de presente y futuro.
Pero, junto a estos pasos hacia la modernidad, persisten en Granada realidades insoportables. Están por todo el territorio. En la capital, en la ciudades grandes y en los pueblos de la provincia. Para verlas, basta abrir los ojos y mirar. Barrios y zonas donde la pobreza, la marginación y la exclusión, mantienen a miles y miles de familias en condiciones de vida tercermundistas. Lugares donde el desgobierno de quienes mandan contribuye a eternizar una dinámica que deja sin presente ni futuro a decenas de miles de granadinos, menores, adolescentes, jóvenes, adultos y mayores. Granada, Inteligencia Artificial y exclusión. Progreso y modernidad, desigualdad y tercermundismo.
La mayoría sabemos que en los barrios del Distrito Norte de la capital la población sufre eternos y graves problemas. Dificultades de todo tipo que los cuarenta y cinco mil granadinos de estos barrios han de vivir y afrontar a diario en medio de la indiferencia y los prejuicios de la mayoría, y del desgobierno de quienes gobiernan.
Como muestra un botón. Desde hace más de once años los cortes de luz son una plaga que sufren cientos de familias día tras día. Mes tras mes. Primavera, verano, otoño e invierno. Por acercar con algún dato, baste decir que en el período de 2016 a 2021 se produjeron en el Distrito Norte 160.751 cortes acreditados. Como efecto de esta situación, los cientos de familias afectadas por los cortes del suministro no pueden alumbrar sus hogares, ni conservar los alimentos, ni poner lavadoras, ni usar un microondas, ni conectar los respiradores que les ayudan a no morirse.
La situación y los datos son de sobra conocidos desde siempre por las tres administraciones. Endesa no actúa para mantener la red y el servicio de distribución en condiciones normales. Y los gobernantes, Ayuntamiento, Junta y Gobierno, titubean, prometen, se excusan, evaden sus responsabilidades y se olvidan.
Ante esta irresponsable pasividad, el Defensor de la Ciudadanía de Granada elevó una queja y petición de amparo ante la Administración europea. En estos días, se va a producir la respuesta de Bruselas. Veremos. Pero lo grave de la situación, y lo más triste y esclarecedor, es comprobar que ante este gravísimo problema que afecta a necesidades y derechos básicos de vida digna, las tres administraciones del Estado no se ponen a cooperar, colaborar y resolver como sí procuran y hacen en otros asuntos. Tal vez, esto no les parece lo suficientemente importante. Todos sabemos que para hacer algo es necesario saber, poder y querer. Saben y pueden. La pregunta es por qué no lo hacen. Debe ser que no hay voluntad.
En estos barrios, siguen los cortes de luz. En Endesa y en las tres administraciones, siguen los cortes de conciencia.
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