Imprescindible en la vida española: Benito Pérez Galdós
Madrid que lo considera uno de sus hijos predilectos, le ha dedicado el año 2020 en el centenario de su muerte
José Luis Hernández Rojo
Domingo, 3 de enero 2021, 22:36
¿Quién iba a decir que aquel joven estudiante grancanario, que llegaba a Madrid a estudiar Derecho en 1862, impulsado por su madre para olvidar ... a su primer amor, su prima Sisita, iba a tener muchos años después una despedida tan clamorosa a su muerte en el Madrid de 1920? Madrid lo vitoreaba con cariño, como el gran cronista de la ciudad y de su época.
Pocos lo habían soñado. Era Benito Pérez Galdós, el cronista de Madrid, el que mejor conocía sus calles, sus lugares, sus fiestas; el escritor que mejor ha descrito la historia del siglo XIX. Pudo asistir en los últimos momentos de su vida (1919) a la inauguración de su monumento, una escultura en piedra blanca de Lérida, cincelada por su amigo el escultor Victorio Macho y colocada en los jardines del Retiro.
Fue aficionado a la música, a la pintura, pronto siendo muy joven se hizo cronista en los periódicos de su época (La Nación, y otros), también escritor de cuentos, tragedias y novelas, artífice de los 'Episodios Nacionales' y político admirado en la última época de su vida. Supo rodearse de mujeres: tuvo relación sentimental con varias, aunque nunca llegó a casarse. Participó en la vida política del país, desde 1886: fue elegido diputado al Congreso por Guayaquil, Puerto Rico. Encabezó la militancia republicano-socialista (1907) junto con personajes ilustres como Pablo Iglesias, Melquíades Álvarez, el Dr. Esquerdo. Fue nombrado académico de la Lengua (1889) y propuesto para el Nobel pero ninguneado por la corriente conservadora de la sociedad española.
Madrid que lo considera uno de sus hijos predilectos, le ha dedicado el año 2020 en el centenario de su muerte. Todos los lectores hemos contraído con él una deuda de gratitud, aunque los fastos reservados en este año que ha pasado hayan estado casi olvidados por la pandemia del coronavirus que nos sigue amenazando.
Para esta ocasión la celebración del centenario de su muerte se han publicado dos importantes libros biográficos. Francisco Cánovas Sánchez, historiador, ha escrito 'Benito Pérez Galdós. Vida obra y compromiso' (Alianza Ed., 2019) y Yolanda Arencibia, catedrática emérita de la Laguna y experta galdosiana, nos ha dejado 'Galdós, una biografía' (Tusquets Ed., 2020).
Han sido numerosas las iniciativas en su honor. La exposición 'Benito Pérez Galdós. La verdad humana', organizada por la Biblioteca Nacional de España, con más de doscientas piezas dedicadas a su figura: libros, grabados, lienzos, esculturas, manuscritos de sus obras e impresos. Otra: 'Galdós en el laberinto de España', organizada por la Comunidad de Madrid y un buen reportaje televisivo: 'El siglo de Galdós' (Imprescindibles), coproducido por TVE y emitido el día 29 de noviembre.
No podían faltar los actos en su 'Canarias, la tierra de Galdós', lema escogido por las administraciones de su archipiélago natal para recordar al autor de los 'Episodios Nacionales', hacer llegar su legado a los más jóvenes, entre los que puede ser una figura desconocida, y dar a conocer aspectos de su vida, como su relación con la música, el dibujo, la pintura y los lugares galdosianos, con motivo del centenario de su muerte. Escritores como Almudena Grandes, Trapiello, Elvira Lindo y Muñoz Molina, entre otros, nos han recordado el mérito literario de este escritor que vertebra la historia del siglo XIX y los primeros años del XX.
Es importante que Galdós, considerado como el mejor novelista después de Cervantes, sea el centro de nuestra atención, lo leamos, divulguemos su vida, su obra y su legado. «Galdós es tan contemporáneo nuestro en su ciudadanía como en su literatura», según Muñoz Molina. Para Almudena Grandes, «más allá de la emoción, de la admiración, del placer, el mejor motivo para leer hoy al otro gran narrador español de todos los tiempos, Benito Pérez Galdós, es su asombrosa capacidad para explicarnos lo que nos ha pasado, lo que nos está pasando todavía».
Fue Benito Pérez Galdós un modelo de ciudadanía. Hoy, todos los que amamos la lectura, tenemos una deuda contraída con él, a pesar del tiempo que nos separa.
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