En 1945 Adriano Romualdi, escribió un libro con el título de 'Las últimas horas de Europa'. Sostenía que, a partir de ese momento, la URSS ... y los EE UU, convertidos en superpotencias enfrentadas, dominarían una Europa despedazada. Así fue, la vieja impulsora de la filosofía, ciencia, ciencia, colonizadora, imperial y superpotencia Europa cedía la batuta del mundo al tándem EE UU-Rusia. Ello, con desigual resultado. Surgía el nuevo orden mundial urgido en Yalta en 1945. La primera consecuencia fue que los países europeos no pudieron retener sus colonias en repartidas por el globo terráqueo. Diez años después de finalizado el conflicto mundial, Francia e Inglaterra habían perdido lo esencial de su Imperio. La intervención anglo-francesa en Suez en 1956, fue cortada en seco por los EEUU: Europa ya nunca volvería a intentar actuar por su cuenta en política internacional. Los europeos, se volvieron prácticos y comenzaron a desarrollar políticas económicas suscribiendo el pacto de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), lo que originó el Mercado Común y finalizó en lo que es hoy la UE.
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En agosto de 1954, franceses y alemanes, intentaron poner en funcionamiento el proyecto de defensa militar (CED) el ejército europeo que sustituiría a los ejércitos nacionales y los «soldados nacionales» existirían sólo bajo el mando de un Ministro de Defensa europeo. Se desmoronó cuando la Asamblea Francesa se negó a apoyar el Tratado constitutivo que debía ir en paralelo a la creación de la CECA y a los intentos de unificación europea. El concepto del CED implicaba el «rearme alemán», a lo que el gobierno francés no estaba dispuesto en esa época.
Sólo después de Suez, Francia y el Reino Unido entendieron que, a pesar de la 'grandeur' y de la filosofía de la 'Commonwealth of Nations', a pesar de sus asientos en el Consejo de Seguridad de la ONU, eran, en la escena internacional, irrelevantes. Aquella era la hora del duopolio USA-URSS…
En 1968, cuando todo esto empezaba a ser historia, se produjo el boom del antimilitarismo y el pacifismo. El resultado final fue la caída el Muro de Berlín, Europa respiró: ya no serían necesarios ni grandes presupuestos de defensa, ni grandes inversiones armamentísticas, ni siquiera ministros de defensa que conocieran el sector…
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Todos esperaban que, al haberse quedado sin 'enemigo' (con el hundimiento de la URSS), la defensa se convertiría en algo residual paro las potencias europeas, pero vinieron la guerra de Yugoslavia, la de Afganistán, la del Golfo… que precisaron la ayuda de fuerzas de la OTAN, lo que dio lugar al rearme de cada país.
El problema en marzo de 2025 es grave: tras casi cuarenta meses de combate en Ucrania y de que los medios occidentales –gracias a los subsidios de la agencia americana de la USAIDS– anunciaran una retahíla de victorias y ofensivas continuas de las tropas ucranianas, el panorama militar es absolutamente desolador para Zelenski.
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Y esto nos lleva al gran cambio geopolítico que se está produciendo ante nuestra mirada. Para la nueva administración norteamericana, Moscú ya no es el enemigo. No solamente no propone un sistema comunista, sino que se abre al «nuevo amigo americano» en busca de una paz humillante para Zelenski, y Trump recuperar los gastos ocasionados explotando sus recursos naturales. Incluso, se atreve en amenazar a Putin con grandes sanciones económicas si no firma «su» paz, Trump mantiene que si Rusia no es «el enemigo», la OTAN no es tan importante para EEUU, ni Ucrania una prioridad necesidad.
La administración Trump no está dispuesta a disolver la OTAN, pero si a sumirla en la irrelevancia estratégica. De ahí la necesidad tantas veces proclamada por Donald Trump de que «Europa debe aumentar su presupuesto de defensa»… lo que, en otras palabras, quiere decir que «Europa debe defenderse a sí misma». A diferencia de las anteriores administraciones norteamericanas, Donald Trump no está dispuesto a ejercer críticas a sus aliados, pero tampoco a romper con ellos. Por el momento, todo se reduce a pedirles que aumenten sus presupuestos de defensa y se rearmen… consciente de que ese rearme supondrá un incremento de ingresos para el complejo militar-industrial que, al menos en una generación, no tendrá necesidad de nuevas guerras para dar salida a lo producido en sus fábricas: Europa pagará su defensa… que nunca será 'ofensiva' frente al poder ruso. Por lo tanto, la paz quedaría asegurada en Europa.
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La OTAN seguirá existiendo, aunque languidecerá. La falta de liderazgo en Europa, la ausencia de cualquier sentido de realismo por parte de los distintos jefes de Estado y de gobierno europeos, garantiza la irrelevancia de Europa en las próximas décadas. Zelensky, ante esta realidad, se ha quedado en la cuerda floja: abandonado por los EE.UU. sostenido solamente por países europeos que no han advertido todavía su escaso liderazgo irrelevancia, sin ningún as en la manga, con las peores cartas de la baraja y sin posibilidades de ligar ninguna alternativa –como se encargó de recordarle Trump–, recibiendo abrazos de Starmer, Macron y Sánchez, que no pueden aportarle ninguna ayuda efectiva, sino créditos a devolver y un plan de paz irreal.
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