El transcurso de los días demuestra que la designación parlamentaria de Guaidó y su reconocimiento por parte de numerosos gobiernos de América y Europa, no acaba de resquebrajar las bases de un gobierno que se sostiene sobre las fuerzas armadas
ideal
Domingo, 24 de febrero 2019, 23:40
El «presidente encargado» de Venezuela Juan Guaidó avanzó ayer su presencia en la reunión del Grupo de Lima, que tendrá lugar hoy en Bogotá, con una declaración inquietante que debió matizar más tarde. Su propósito de «plantear a la comunidad internacional de manera formal que debemos tener abiertas todas las opciones». Precisando después que se refería al «cerco diplomático» en marcha. El transcurso de los días demuestra que la designación parlamentaria de Guaidó y su reconocimiento por parte de numerosos gobiernos de América y Europa, en medio de una contestación social creciente contra el régimen chavista, no acaba de resquebrajar las bases de un gobierno que se sostiene sobre las fuerzas armadas. Ni siquiera la crisis humanitaria que soporta Venezuela y la demanda de ayuda internacional acaban de dividir el poder detentado por Nicolás Maduro. Pero la solución está en la convocatoria de elecciones, y en que la mayoría de la comunidad internacional centre sus esfuerzos en lograrlas como respuesta a las reclamaciones de los propios venezolanos.
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