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Gobierno, no elecciones

El multipartidismo no debe impedir la formación de un Ejecutivo estable, como demuestra la experiencia de otros países

Sábado, 29 de junio 2019, 01:08

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El final del bipartidismo imperfecto y la llegada del multipartidismo dificulta en España la formación de gobiernos, como se ha visto desde las elecciones de diciembre de 2015, que tuvieron que repetirse. Ahora, tras las generales del 26 de mayo, se constata nuevamente la dificultad para formar un Ejecutivo, a pesar de que en esta ocasión el partido ganador, el PSOE, con el 28,7% de los votos, obtuvo 123 escaños, casi el doble que el segundo clasificado, el Partido Popular, con 66, lo que debería facilitar en apariencia la formación de una mayoría capaz de respaldar la investidura del líder mayoritario, Pedro Sánchez en este caso. Por razones que pueden ser más o menos inteligibles, Ciudadanos, que nació con una ubicación centrista y que en 2016 formó una coalición con el PSOE que no llegó al Gobierno por la negativa de Podemos a secundarla, se cierra ahora a prestar cualquier apoyo a los socialistas, pese a que ambas fuerzas sumarían mayoría absoluta. Así las cosas, la única fórmula verosímil de lograr la mayoría de investidura es la que resultaría de sumar PSOE y Unidas Podemos (UP) –165 escaños– y algunas minorías periféricas que proporcionen los escaños precisos para la mayoría absoluta en primera votación o la mayoría simple en segunda. UP y PSOE no consiguen, sin embargo, acercar posiciones, ya que los socialistas prefieren formar un gobierno monocolor basado en un acuerdo programático y UP exige un gobierno de coalición con ministros propios. Para presionar a su hipotético socio, el PSOE amenaza con ir a nuevas elecciones, lo que en teoría perjudicaría a los obstruccionistas. Con la distribución parlamentaria surgida del 26 de abril no debería ser difícil formar gobierno, como han hecho los portugueses –el PS, con 86 escaños, gobierna en solitario apoyado por el Bloco de Esquerda, el Partido Comunista y Os Verdes hasta lograr 122 diputados, mayoría absoluta–. Y en Dinamarca, el Partido Socialdemócrata, con el 26% de los votos, acaba de conseguir en 20 días un pacto programático para gobernar en solitario con el apoyo de socioliberales, socialistas populares y rojiverdes, 91 escaños en un Folketing (Parlamento) de 179. Sería irracional que, tras tres años y medio de zozobra, no fuéramos capaces en España de alcanzar un cuatrienio de estabilidad regido por un Gobierno con suficiente apoyo, basado en un pacto para reemprender el proceso de modernización y reformas, y para afrontar y resolver el conflicto catalán.

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