Gobierno de confrontación

Pedro Sánchez copia así lo que ya innovó en su momento José Luis Rodríguez Zapatero, sin mucho éxito según sus resultados, cuando trató de tapar los estragos causados por su pasividad ante la crisis económica sacándose de la manga la Ley de Memoria Histórica. Resucitada ahora con el mismo afán de contentar a los votantes de izquierdas conforme crece el descontento porque los ERTES se tardaban en cobrar o lo del Salario Mínimo se ha quedado en agua de borrajas para la mayor parte de los solicitantes.

Además de la segunda fase de la memoria histórica, en las últimas semanas estamos viviendo la campaña del Gobierno a favor de la República y su enfrentamiento con la Comunidad de Madrid por la pandemia del coronavirus. Los ataques a la Monarquía se están produciendo a baja escala de que Sánchez llegó a la Moncloa, pero la prohibición de que el Rey viajara la semana pasada a Barcelona para entregar los títulos a los nuevos jueces ha dejado al descubierto el interés de este Ejecutivo de gobernar a base de confrontar. En este caso, confrontar contra el Rey, confrontar contra el Consejo General del Poder Judicial porque se ha empeñado en nombrar magistrados para puestos claves aunque no se ha renovado su composición y aprovechar el momento, los datos devastadores de que España es el líder europeo en tasa de coronavirus y destrucción de su Economía, para airear la polémica de Monarquía sí, Monarquía no.

Eso sí, cuando la confrontación se le va de las manos, el Gobierno alienta otra polémica para tapar la anterior. Así que cuando Podemos comenzó a tomarse en serio la posibilidad de instaurar la República, en Moncloa promovieron el enfrentamiento con la Comunidad de Madrid por el control de la pandemia. Ahí siguen: mientras hablemos de Sánchez contra Díaz Ayuso no nos pararemos en pensar qué va a pasar cuando los ERTES se conviertan en ERES.