Si llegamos a las alegaciones, hemos llegado tarde
«La perspectiva ambiental en los documentos que conforman los planes territoriales no aparecerá de forma espontánea ni porque lo digan clara y repetitivamente, como así ocurre, las leyes y reglamentos vigentes»
La perspectiva ambiental debe ser protagonista durante el proceso de elaboración de cualquier instrumento de planificación territorial.
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El título de este artículo resume el comentario ... que les hago a mis discentes durante alguna de las últimas clases de planificación territorial y trata sobre algo que todavía no tenemos plenamente asumido los que de una forma u otra nos dedicamos al medio ambiente: la constatación de que la perspectiva ambiental debe ser protagonista durante el proceso de elaboración de cualquier instrumento de planificación territorial.
Los planes de este tipo, como los planes de ordenación del territorio o cualquier Plan General de Ordenación Municipal, se suelen someter a una forma muy sui géneris de participación pública, la cual se suele hacer vía alegaciones al plan una vez que este ha sido ya prácticamente redactado. Pero es que cuando conocemos las actuaciones de cualquier plan por los documentos que se ponen a disposición del público para que pueda ejercer su derecho a realizar alegaciones, se puede decir que hemos llegado tarde. Nos guste o no, solo se tendrán en cuenta si el plan comete errores de bulto o si sus actuaciones contradicen flagrantemente cualquier otra disposición o instrumento de rango igual o superior. Si queremos llegar a tiempo hay que estar presente durante la redacción del plan. La perspectiva ambiental en los documentos que conforman los planes territoriales no aparecerá de forma espontánea ni porque lo digan clara y repetitivamente, como así ocurre, las leyes y reglamentos vigentes. Tienen que ser los jóvenes, los que con una adecuada formación académica se den por aludidos, levanten la mano y hagan valer sus conocimientos científicos, técnicos y político-administrativos durante la redacción de los planes.
Y es que muchas de las respuestas a los retos que enfrenta Andalucía tienen que ser pensadas, proyectadas y ejecutadas por personas que tengan en su memoria de acceso rápido la componente ambiental en el desarrollo de las competencias del sector público. Algunos de estos retos vienen indicados en las bases para la reflexión de la revisión del plan de Ordenación del Territorio de Andalucía. Pues bien, al menos siete de estos once retos tienen una destacada componente ambiental. Solo mediante la participación como parte del equipo de trabajo de estos instrumentos de planificación el especialista en medio ambiente podrá orientar con éxito la implementación de políticas públicas en el territorio. Los ejemplos de lugares que no han conseguido llevar a cabo esta misión ponen sobre la mesa la envergadura de las catástrofes que ocurren cuando estos aspectos ambientales no son incorporados en los planes: el ecocidio del Mar Menor de Murcia, la desecación del humedal de Doñana, el hotel en la playa de El Algarrobico en Carboneras, la devastación por una inundación relámpago del camping Las Nieves en Biescas o del de Bolnuevo en Mazarrón y un largo y doloroso etcétera. Debemos formar especialistas para que estos desastres no se repitan.
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