Una solución a la escasez de órganos humanos para transplantes

Todo esto, que no es ciencia ficción sino una realidad tangible, tiene todavía algunos aspectos que no se controlan

Federico Zurita Martínez

Miércoles, 11 de octubre 2023, 23:03

Todos fuimos un niño, antes un bebé, antes un feto, y al principio de todo fuimos una sola célula. A esa célula se le denomina, ... cigoto. Con toda nuestra fascinante complejidad, procedemos de esa única célula por increíble que pueda parecer. Esecigoto se forma por la fusión del espermatozoide y el óvulo (oocito, mejor dicho) y posee 46 cromosomas, 23 aportados por cada progenitor. En esos 46 cromosomas reside toda la información para que, tras millones y millones de divisiones celulares exquisitamente controladas, se forme un individuo con órganos tan distintos como el ojo y el corazón, el cerebro y el hígado...

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El cigoto se divide por primera vez y da lugar a 2 células, que se dividen y dan 4, esas 4 se dividen sucesivas veces hasta constituir una estructura esférica de unas 200 células aproximadamente, llamada blastocisto, que es la que llega a útero y establece la unión a él. Las células del interior de ese blastocisto darán lugar al embrión propiamente dicho, y finalmente al bebé. Este desarrollo embrionario de los humanos es muy parecido en el resto de los mamíferos.

Un equipo liderado por el español Juan Carlos Izpisúa que estudia la Expresión Génica en el Instituto Salk en La Jolla (California) obtuvo estirpes de cerdos que carecen del gen que controla el desarrollo de páncreas, con lo que el cerdo nacido muere perinatalmente por ausencia de páncreas. Si a un blastocisto de esos cerdos que nacerían sin páncreas se le incorpora mediante inyección células embrionarias humanas, y ese blastocisto ahora con células embrionarias humanas se implanta en el útero de una cerda, el embrión de cerdo en desarrollo tendrá todas sus células de cerdo excepto el páncreas que estará formado por células humanas. Es importante tener en cuenta que las células humanas no se fusionan con las de cerdo, sino que ambas permanecen separadas y formando sus respectivos órganos. A estos animales con células u órganos procedentes de individuos distintos, se les llama 'quimeras'.

Por razones que básicamente se desconocen, las células embrionarias humanas (que sí poseen los genes para desarrollar páncreas) tienden a colonizar el espacio de la cavidad abdominal donde tiene que estar el páncreas y acaban formando páncreas. El resultado es, por tanto, un cerdo en desarrollo que posee páncreas humano. La potencialidad de este experimento es obvia, se puede llegar a tener una granja de cerdos cuyo páncreas es humano. Esos cerdos serían entonces un reservorio de páncreas humanos para poder ser trasplantados a pacientes diabéticos.

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Un equipo chino en el que trabaja el investigador español Miguel Ángel Esteban, ha hecho básicamente el mismo experimento, pero esta vez utilizando blastocistos de cerdos que carecen de dos genes implicados en el desarrollo de riñón, es decir, son cerdos 'sin riñón'. A estos se les han inyectado células embrionarias humanas, y el resultado ha sido un cerdo en desarrollo que posee esbozos de riñones humanos. La potencialidad es otra vez obvia, una granja de cerdos con riñones humanos que se utilizarían como un reservorio para trasplante de riñón a pacientes con insuficiencia renal que están sometidos a diálisis.

El más que probable éxito de esos experimentos, si se permitiera que la cerdas llegaran a término en la gestación de esos cerdos con órganos humanos, lo sugiere fuertemente el hecho de que ya se han obtenido ratas con páncreas de ratón y ratones con páncreas de rata que llegaron a adultos, lo que evidencia la funcionalidad del páncreas de rata en el ratón y viceversa. No tengo evidencias de que se esté haciendo, pero me imagino el mismo experimento con cerdos que no desarrollan corazón, hígado, pulmones y otros órganos candidatos a ser trasplantados.

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Todo esto, que no es ciencia ficción sino una realidad tangible, tiene todavía algunos aspectos que no se controlan. Por ejemplo, las células embrionarias humanas en el embrión de cerdo en desarrollo, van muy preferentemente a las cavidades de los órganos para los que esos cerdos son deficientes (riñón o páncreas), pero a veces ocurre que algunas de esas células humanas colonizan también otros órganos como el cerebro o la línea germinal (células que van a dar lugar a espermatozoides y óvulos). El peligro entonces estriba en que, de llegar a término la gestación, ese cerdo tendría no sólo neuronas de cerdo sino también neuronas humanas en el cerebro o espermatozoides humanos en el semen. No es poca cosa y hay que planteárselo y tenerlo muy en cuenta. Si la técnica se afina cada vez más como así cabe esperar que pase, se podrá controlar la migración de las células embrionarias humanas en los embriones de cerdo de manera que solo colonicen la cavidad del órgano del que esos cerdos carecen.

Por ese tipo de problemas hay que decir que, de momento, la legislación no permite que llegue a término la gestación de esos cerdos con órganos humanos, hay que interrumpirla a las cuatro semanas habida cuenta de que en cerdos dura tres meses. En mi opinión, es cuestión de tiempo que ese periodo se vaya alargando conforme la técnica se vaya haciendo más segura, hasta que finalmente se legalice que nazcan cerdos con órganos humanos. Si un ratón que tiene un páncreas de rata que es funcionante, ¿por qué no un humano con páncreas humano pero que se ha desarrollado en un cerdo?

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Hay enfermos diabéticos insulinodependientes que necesitan un trasplante de páncreas. Hay enfermos con enfermedades renales y de evolución nefasta cuya única posibilidad de seguir viviendo es un trasplante renal. Hay enfermos con insuficiencias cardiacas a los que no se les puede ofrecer sino un trasplante cardiaco porque el arsenal terapéutico y quirúrgico disponible ya no es efectivo. Otros enfermos sufren enfermedades respiratorias para las que no hay cura. Enfermos afectos de insuficiencia hepática no tienen otra alternativa que recibir un trasplante de un hígado o de un trozo de él. Pero como se sabe, muchas personas mueren en el mundo esperando un órgano que finalmente no les llega, por lo que esos enfermos y sus familiares esperan el éxito de esos experimentos más que al agua de mayo.

Los rechazos y los reparos éticos a esos avances pivotan alrededor de tener animales con órganos humanos, algo que para determinado perfil de gente se considera inaceptable. Suelen ser preferentemente personas que no necesitan, ni ellos ni sus familiares más cercanos, un trasplante de ninguno de esos órganos. Los que lo necesitan suelen ser lógicamente muy favorables a que se siga investigando en esas líneas. Y los que no los necesitan, por sentido común deberían posicionarse a favor de un logro indiscutible que evitaría mucho sufrimiento y salvaría muchas vidas.

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Decía Karl Marx que lo que poseemos, nuestras condiciones materiales de existencia, se transforman en ideas en nuestra conciencia. Otra forma de decirlo es que nuestros intereses son la causa de nuestras opiniones.

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