Las encuestas del CIS

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó ayer su barómetro de intención de voto del mes de diciembre, en el que por vez primera hay ... un cambio de tendencia. Al tiempo que los partidos del Gobierno –PSOE y Unidas Podemos– retroceden, progresa la oposición. Los sociólogos políticos saben que son poco indicativas estas encuestas que se realizan lejos de las citas electorales. De cualquier modo, incluso los partidos que han salido beneficiados en esta ocasión se han apresurado a criticar al CIS y a su presidente, quizá para no perder autoridad moral cuando el resultado les sea adverso. El CIS es una institución pública estatal en la que trabajan funcionarios a las órdenes de un jefe político, y que debería servir para entregar a las administraciones información útil obtenida mediante métodos prospectivos. La calidad de sus técnicos es difícilmente cuestionable si se evita el sectarismo en el juicio. Las encuestas políticas que realiza desvirtúan sin embargo este papel, y la crítica que se le hace por esta causa es antigua y sistemática. Quizá fuera oportuno que el asunto se dirimiese en el Parlamento porque a lo mejor conviene que el CIS deje de hacer estos sondeos y se dedique a su cometido técnico, menos espectacular pero más útil para la comunidad.