El AVE empieza a volar
Puerta Real ·
No solo los granadinos no sabemos exigir a nuestros representantes que cumplan sus promesas, lo peor es que no sabemos ponernos de acuerdo en nada sobre la manera de hacer lo que solicitamosMaría Dolores Fernández Fígares
Martes, 25 de junio 2019, 23:23
Es probable que hoy, cuando el AVE arranque y comience su primer viaje desde Granada, algún amable lector de IDEAL lea este artículo, en papel, ... o en alguna de esas plataformas on line. A ese viajero, o viajera, si es de Granada, es probable también que no acabe de creerse que ya sea una realidad lo que durante tantos años ha ido pasando, de ser el sueño de una ciudad ansiosa por engancharse a la modernidad, a convertirse en exigencia de un pueblo ninguneado por sus gobernantes, la desesperación de una sociedad que ha estado soportando que ninguno de los próceres dijera la verdad, y nos engañaran como a niños caprichosos que piden lo imposible.
Cuántas veces hemos hablado del déficit de Granada en infraestructuras, de los problemas de acceso, los congresos o las oportunidades de negocio que no hemos podido conseguir, por culpa de la carencia de algo tan necesario en estos tiempos complejos.
Nos hemos preguntado cientos de veces por qué en Granada todo es más difícil que en otros sitios, por qué nuestros políticos no han sido capaces de exigir a sus mandamases lo que era justo y han permitido que todo llegue tarde aquí. Da igual el partido en que militen: todos han tenido esa actitud de indiferencia para con nuestras demandas. Podemos enumerar: las autovías a Madrid y a la Costa, la falta de conexiones con el Levante, esas circunvalaciones que no llevan a ninguna parte, ese aeropuerto tan pequeñito, siempre con la amenaza de perder destinos… la conexión entre la capital y el puerto… Y eso que solo hablamos de infraestructuras de comunicación y transporte.
Se agolpan los recuerdos: aquellas sesiones de la Cámara de Comercio y la Confederación Granadina de Empresarios, la Mesa del Ferrocarril, sobre el mejor trazado de la vía, si había que aceptar este 'ramal' hasta Antequera, o hacerlo pasando por Jaén. Y qué decir del necesario soterramiento de la vía al llegar a la ciudad, que otras sí consiguieron. Y las polémicas, acerca de la estación? Se acordará este viajero (si es que sigue leyendo esta columna, claro) de aquel proyecto de Moneo tan discutido, como todo lo que se propone a esta ciudad.
Porque esa es otra, no solo nos llegan tarde las cosas, sino que las que nos llegan tienen que atravesar un bosque espeso de controversias, discusiones y polémicas. No solo los granadinos no sabemos exigir a nuestros representantes que cumplan sus promesas, o lo que en justicia nos corresponde, lo peor es que no sabemos ponernos de acuerdo en nada sobre la manera de hacer lo que solicitamos. Con esta actitud de atrincherarnos en nuestras opiniones lo único que conseguimos es que al final se opte por la solución más barata, que es lo que me temo que ha ocurrido con este Ave que ahora nos alegramos de tener.
Habría que decir ahora aquello de 'bien está lo que bien acaba', que diría Shakespeare y nuestro refranero. Llegué a pensar que no llegaría la hora de escribir esta columna.
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