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Retratarse con Bildu

El daño causado por ETA aún duele y exige del presidente una política de memoria más audible que sus pactos con los de Otegi

Editorial

Sábado, 14 de octubre 2023, 23:00

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El presidente Sánchez traspasó el viernes una línea roja que hasta ahora no había cruzado ninguno de sus antecesores en el cargo: la de mantener ... una reunión oficial, con luz y taquígrafos y en el marco de solemnidad institucional del Congreso de los Diputados con una representación de la izquierda abertzale que comanda EH Bildu, la marca con la que regresó a la legalidad constitucional y con la que ha ido ganando posiciones –hacia la normalidad política y en la competencia electoral, singularmente con el PNV– en la etapa post-ETA. Otros jefes del Gobierno mantuvieron contactos a través de intermediarios con el mundo vinculado al terrorismo en busca de ponerle fin y José Luis Rodríguez Zapatero, bajo cuyo mandato la organización bajó la persiana, celebró una comida privada con Arnaldo Otegi estando ya fuera de la Moncloa. Sánchez es el primer presidente que ha podido desarrollar su legislatura con ETA desarmada y felizmente disuelta, una conquista colectiva que corresponde a los 853 asesinados y sus familias y a todos los superviventes que fueron agredidos, amenazados y chantajeados; y que responde a la impagable entrega vital de todos los que se jugaron la piel para que pudiéramos alcanzar aquel conmovedor 20 de octubre de 2011 –este viernes se cumplen 12 años– en el que los terroristas dejaron de matar.

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