Maratón electoral
Los comicios vascos, catalanes y europeos que afronta el país hasta el 9 de junio condicionarán el futuro de la legislatura de Sánchez
Editorial
Sábado, 30 de marzo 2024, 22:51
Cuando apenas han transcurrido cuarenta días desde las elecciones gallegas, en las que el PP obtuvo la mayoría absoluta y Pedro Sánchez se llevó un ... contundente revés, el país encara una triple cita con las urnas en poco más de dos meses que previsiblemente enconará aún más un clima político irrespirable. Las autonómicas vascas y catalanas del 21 de abril y 12 de mayo, además de renovar las instituciones de ambas comunidades, visualizarán una encendida lucha por el poder entre los principales socios de un Gobierno de coalición cuya estabilidad está sujeta con alfileres. Sus resultados y posteriores alianzas pueden condicionar el futuro de la legislatura en Madrid. Las europeas del 9 de junio servirán de examen nacional a la fortaleza tanto del Ejecutivo como de la oposición y, aunque no son extrapolables sin más a unas generales, quien resulte ganador difícilmente resistirá la tentación de presentarlas como una segunda vuelta del 23-J.
En los comicios en Euskadi está en juego la tradicional hegemonía del PNV, amenazada por EH Bildu. Dada la aparente incompatibilidad entre ambas formaciones, sea quien sea la más votada el PSE determinará con toda probabilidad cuál dirige el Gobierno vasco. La reiterada promesa de los socialistas de que no pactarán con la izquierda abertzale por su pasada vinculación con ETA, lo que no les impide apoyarse en ella en las Cortes Generales, despeja el panorama sin que a priori esa presumible decisión ponga el peligro el respaldo de los soberanistas a Sánchez. Mucho más complicado para el presidente es el escenario en Cataluña, aunque las encuestas pronostican una clara victoria del PSC. Pese a ello, Salvador Illa solo podría presidir la Generalitat con el apoyo de ERC o de Junts, lo que se antoja muy difícil y, si se materializara, dejaría previsiblemente al Ejecutivo de coalición sin uno de los socios en los que basa su mayoría. Una entente independentista, nada descartable pese a la encarnizada batalla que se libra en ese campo, elevaría al extremo sus exigencias y haría pender aún más la legislatura de un hilo.
En este contexto, las europeas serán un bálsamo o un nuevo factor de desgaste para un Gobierno debilitado que necesita reforzarse en este maratón electoral. Lo que suceda el 9-J no tiene por qué ser clave para su supervivencia. Pero, con los Presupuestos prorrogados y el escrutinio de los comicios previos, ofrecerá valiosas pistas sobre el devenir de un mandato que entra en una fase decisiva.
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