El Involucionista

Dormidina para Juanma Moreno

«Si no fuera suficiente con la estrepitosa imagen del once titular, es mirar el banquillo y percibir cómo le comienzan a flaquear las canillas»

Juan Sánchez

Almería

Lunes, 24 de febrero 2025, 23:58

Tras el congreso celebrado este fin de semana por el PSOE de Andalucía me temo que Juanma Moreno se puede dejar la 'dormidina' si es ... que, como mucha gente de su edad, la consume para poder descansar mejor. Si le atenazaba cierta incertidumbre, ésta se le disipó en cuanto que María Jesús Montero irrumpió en el escenario. Con lo efusiva y dicharachera que es, lo cierto es que la noté un pelín floja, como si no le saliera la voz del cuerpo o como si ya estuviera empezando a digerir la que se le avecina. Un evento marcado desde principio a fin por la hipocresía. Desde hace tiempo llevan los socialistas cargando contra PP y VOX por haberse apoderado de la bandera de España, pues bien, ellos hicieron lo propio con el himno de Andalucía, que fue su banda sonora, quizá para marcar un discurso más regionalista [nacionalista] porque también se apoderaron del color verde; el de los andalucistas y el mismo tono con el que se identifica a los de la extrema derecha que tanto critican. ¡Qué cosas!

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Y a todo esto el presidente de la Junta de Andalucía, como si lo estuviera viendo, con cada arenga de María Jesús Montero más temblores acumulaba. ¿A que sí? Si es que escucharle el aviso que lanzó al líder popular ya es para ponerse a tiritar: «Se le acabó el tiempo de vivir de las rentas». Reconozco que, como no tengo trato con dirigentes provinciales ni regionales del PP, no sé muy bien qué cosas tan buenas se encontraron cuando llegaron al Gobierno de la Junta de Andalucía. Igual, como los del PSOE y sus colegas de la extrema izquierda, son especialistas en darle la vuelta a las cosas, como a los calcetines, ven como positivos casos como los ERE y el pufo que dejaron, que seguramente dirán que nos hicieron un favor a los andaluces en promoción, porque día sí y otro también estábamos abriendo los informativos de todas las cadenas de radio y televisión y salíamos retratados en todas las portadas de los periódicos. La verdad es que esa publicidad a coste cero no tiene parangón.

Conforme avanzaba el congreso, Montero, cada vez con menos espíritu, lanzaba alguna que otra perla ante la atenta mirada del secretario general de su partido y del que verdaderamente manda, el líder de la ceja. ¡Qué fenómeno Zapatero! No tuvimos bastante también con la renta que dejó a nivel nacional, ¿verdad Mariaje?, que ahora lo tenemos de ideólogo en la trastienda de los del puño y la rosa. Están en el PP que hacen palmas con las orejas. En cierto modo entiendo a la candidata. Me da hasta cosa y hasta pena por lo que tiene por delante. Es que salta al terreno de juego de la política andaluza tras aportar una financiación especial a Cataluña a costa del resto de España, pero, sobre todo, dándole la espalda a las regiones más pobres, de las que, por desgracia, formamos parte. Pisa el césped la vicepresidenta del Ejecutivo central para enfrentarse al PP y lo hace como cuando el colista visita al líder, con mucho que ganar y poco que perder. Pero, claro, la victoria es poco menos que una utopía.

Por si no fuera suficiente con la estrepitosa imagen del once titular, es mirar el banquillo y percibir cómo le comienzan a flaquear las canillas. Como escudera en la Presidencia del partido cuenta con Fuensanta Coves. La ministra ya está buscando la dinamita para liquidar el Algarrobico que con tanto entusiasmo defendió la exconsejera de Medio Ambiente. Les reconozco que no conozco a los militantes y cargos socialistas en el resto de las provincias. A los de Almería, un poco más. Eché en falta en la terna a Indalecio Gutiérrez. No se lo van a creer, pero les voy a hacer una confesión. Cuánto está añorando el socialismo almeriense un liderazgo como el de Martín Soler, que me cae como el emérito a un republicano, pero lo cierto es que se manejaba muy bien y puso en determinados momentos al PSOE a la altura que se merecía. Pero eso fue antes de hacerle un Luis XVI al sinigual Martínez Cabrejas, a pesar de que tanto el cuevano como Chaves y como yo gritábamos aquello de «soy del equipo de Santiago».

Alcalde, allá donde éstes, seguro que no olvidas la traición y has podido comprobar que el tiempo pone a cada uno en su sitio. No, no esperen que porque la he puesto votando voy a rematar con el refranero de San Martín. Se los dejo a ustedes y así les demuestro la viveza de la involución.

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