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Difícil conjunción

Sánchez e Iglesias están tan distanciados que sólo podrían sumar hoy saltándose los requerimientos de una gobernabilidad solvente

editorial

Miércoles, 24 de julio 2019, 22:29

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El candidato a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, se personará hoy a las 13:30 ante el Congreso de los Diputados, con la obligación de exponer si cuenta con un acuerdo que le garantice más de los 124 votos a favor que obtuvo en el intento del martes, o si continúa aspirando a permanecer en La Moncloa recabando la abstención del resto de la Cámara. Los encuentros entre el PSOE y Unidas Podemos desarrollados el domingo y en las últimas horas -con el enfrentamiento parlamentario entre Sánchez e Iglesias por medio- no auguran lo mejor, aunque acaben desembocando en acuerdo. Puesto que posponer a las sesiones plenarias de investidura la negociación propiamente dicha de una solución de gobierno al escrutinio electoral de hace casi tres meses revela demasiadas discrepancias de fondo. El PSOE de Pedro Sánchez y un Podemos liderado en solitario por Pablo Iglesias parecieron olvidar sus malas experiencias anteriores al coincidir en la moción de censura contra Rajoy, primero, y al escenificar un acuerdo presupuestario después. Pero, mientras tanto, Sánchez y los socialistas han acabado sintiéndose más que legitimados para mantenerse en el Gobierno de España; al tiempo que decaían las expectativas electorales de Unidas Podemos. De ahí que el PSOE considerara totalmente impropia la vindicación de partida de Pablo Iglesias, de un Consejo de Ministros con una composición «proporcional» (2 a 1). Pero hay más. La apelación coincidente a la necesidad de un «Gobierno de progreso» contrastó, en el cuerpo a cuerpo entre Sánchez e Iglesias, con las menciones a la distinta tradición en la izquierda a la que responderían PSOE y Unidas Podemos. Más allá de la desconfianza mutua que ello acarrearía, en lo que importa a los ciudadanos parece evidente que Sánchez e Iglesias no conceden un mismo significado al término «progreso», independientemente de que coincidan en el enunciado nominal de valores igualitarios y de libertad. No les separa únicamente su respectiva visión sobre la crisis catalana. Laten también las diferencias sobre la realización material de los ideales democráticos y de justicia social; entre una concepción más 'estatista' y una perspectiva más consensuada de las reformas pendientes. Distancias y desavenencias que difícilmente pueden dar paso a un pacto de coalición sostenible antes de las 13:30 horas de hoy. A no ser que PSOE y Unidas Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, resuelvan saltarse los requerimientos de una gobernabilidad solvente, a ver qué pasa tras la investidura.

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